El largo y difícil camino a la casa propia para familias vulnerables en zonas rurales
El desarrollo de proyectos con este foco o soluciones habitacionales individuales resulta complicado para quienes residen en el campo en la Región de Los Lagos y forman parte de estos grupos sociales. Según dirigentes, se debe a la burocracia estatal y al escaso interés del sector privado en llevar a cabo las obras.
La casa propia es un sueño de todas las familias, sin importar su condición socioeconómica, aunque para quienes tienen más recursos resulta mucho más simple acceder a una vivienda que para aquellos vulnerables. Si a esta última condición le añadimos la residencia en sectores rurales, la meta se ve interrumpida por el largo y difícil camino a recorrer debido a la burocracia del Estado.
Así lo relatan dirigentes y residentes, quienes describen que pasan años esperando para poder postular a la construcción de proyectos sociales en áreas rurales o a soluciones habitacionales individuales, las cuales están asociadas a la construcción en sitio propio o al mejoramiento integral de las moradas existentes.
Una de las principales trabas para las familias vulnerables que desean mantenerse en los campos, pero mejorando las condiciones de sus viviendas, es el alto costo que tendría realizarlo sin apoyo de algún programa estatal.
Al momento de comenzar las postulaciones en el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), surgen distintas dificultades, como el acceso a comités de viviendas rurales, dado que son menos frecuentes que los constituidos en zonas urbanas; la falta de factibilidad sanitaria de los terrenos disponibles; el desconocimiento de los subsidios a los que pueden acceder y del apoyo estatal para informarse.
El poco interés de las entidades patrocinantes (empresas) en llevar adelante proyectos sociales grupales en los campos, sumado a que muchos terrenos no están regularizados y, por lo tanto, no pueden acceder a programas sociales habitacionales individuales, hace muy complicado conseguir ese paso, lo que retrasa el cumplimiento del sueño de la casa propia.
Mantenerse en el campo
Ignacio Abarca comentó que hace varios años intenta regularizar los terrenos de sus padres en el sector de Chaicas (comuna de Puerto Montt) sin lograrlo, dado que la documentación no ha sido fácil.
"Es bastante complejo el sistema porque la casa de mis padres está bastante deteriorada si pensamos que en ese mismo inmueble vivieron mis abuelos y otros familiares antes. Pero los papeles que se tienen no son suficientes para poder regularizar el terreno y postular a subsidios de mejora o construcción en sitio propio. Además, para optar a viviendas sociales, ellos quieren en el campo y no es tan simple porque no se hacen o son programas individuales a los que no podemos por el tema del terreno. Ellos no quieren dejar el campo, entonces la única opción será seguir en esa misma casa y lo más injusto es que ellos lo llevan intentando, yo creo, más de 15 años", expresó.
Describió que la construcción de madera está muy deteriorada por el paso del tiempo y el efecto de la humedad, incluso después de realizar algunas mejoras. "El problema sigue siendo el piso y la techumbre; es una casa típica de la zona sur. Lo que da rabia igual es que alguna gente, e incluso dirigentes, dicen que en el campo se construye poco porque la gente no postula a los beneficios, pero eso no es verdad. Lo que pasa es que cuesta mucho poder reunir las condiciones y los trámites que piden son como si las personas vivieran a minutos de las oficinas públicas o tuvieran acceso a internet de forma expedita", explicó Abarca.
Benjamín Pérez explicó que por años intentó permanecer en el área rural de Puerto Montt, pero no fue posible. "Tuve que venirme a la ciudad finalmente, donde mi pareja logró acceder a su casa propia con mucha más facilidad. Yo lo que deseaba era optar a un proyecto social grupal, pero no hay muchos, y poder entrar a los comités de vivienda rural tampoco es fácil porque son pocos los constituidos legalmente o se disuelven en el camino, como me pasó a mí. Lo que llama la atención es que a la gente que se va a parcelas no le ponen ni la mitad de las trabas, y si las tienen, cuentan con recursos para poder hacerse una casa", comentó.
Agregó que la consecuencia de esta problemática en el acceso a la vivienda propia
"Es bastante complejo el sistema porque la casa de mis padres está bastante deteriorada si pensamos que en ese mismo inmueble vivieron mis abuelos y otros familiares antes. Pero los papeles que se tienen no son suficientes para poder regularizar el terreno".
Ignacio Abarca, Vecino de Puerto Montt.