Ad portas del Día Internacional de la Mujer, una fecha que conmemora la lucha de las trabajadoras por mejores condiciones laborales, igualdad y derechos sociales, es clave reflexionar sobre los avances logrados y los desafíos pendientes. Si bien se han implementado políticas que han impactado positivamente en la vida de mujeres y niñas -como el pago efectivo de pensiones de alimentos, la protección y reparación para las víctimas de femicidio y sus familias, y la Ley de Conciliación de la Vida Personal, Familiar y Laboral-, aún persisten brechas de género que requieren nuestra atención y trabajo continuo.
En pleno 2025, la desigualdad de género en el mundo laboral sigue siendo una realidad innegable. A pesar de los progresos legislativos y sociales, las cifras reflejan inequidades que limitan el desarrollo económico de las mujeres
Según el INE, la tasa de participación laboral femenina alcanzó un 52,1% en el último trimestre de 2024, frente al 71,4% de los hombres. Además, los estudios muestran que las mujeres enfrentamos condiciones más precarias, con una tasa de ocupación informal del 28,4% y una brecha salarial del 20%.
Aunque hemos conquistado espacios y avanzado en derechos, siguen existiendo barreras estructurales que dificultan nuestro desarrollo.
Un claro ejemplo es la escasa presencia femenina en espacios de liderazgo. Aunque el 39,6% de la dotación en grandes empresas son mujeres, su representación en directorios cae al 22,1%. Peor aún, más de un tercio de las organizaciones no cuenta con mujeres en gerencias de primera línea ni en cargos directivos.
Por otra parte, está demostrado que los gobiernos corporativos diversos son más innovadores, productivos y sostenibles. Por ello, es crucial avanzar en el proyecto de ley "Más mujeres en directorios", que busca aumentar la participación femenina en las mesas directivas de las sociedades anónimas, abiertas y especiales, con fiscalización de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).
La participación femenina en estos espacios no sólo es una cuestión de justicia, sino un aporte directo al fortalecimiento de la economía del país.
Se estima que si las mujeres tuvieran las mismas oportunidades que los hombres en el ámbito empresarial, el PIB de Chile podría aumentar en un 12%.
Las cifras nos muestran los desafíos y las oportunidades en las que debemos avanzar como sociedad. Que esta nueva conmemoración del 8 de marzo tenga reflexión, pero sobre todo compromiso y acción para construir un país más justo.