Ignacio Arteaga Garcés
El 7 de octubre de 2024 quedará grabado para Edilia Wiederhold y su familia, ya que pudo licenciarse de enseñanza básica y cumplir una meta que debió postergar por 70 años. "Quise estudiar, porque me dejaron en tercero básico para criar a mis hermanos y mi hija me pidió que escribiera un libro, entonces me costaba expresarme", relató.
Motivada por su hija, esposo y familiares, Edilia llegó al programa Aprende Mayor, el cual le entregó las herramientas necesarias para rendir los exámenes libres de lenguaje, matemática, ciencia e historia. "Mi hija y toda mi familia me ayudó", comentó Edi, como le dicen en su familia.
Pero el camino no fue fácil, ya que volver a estudiar después de casi 70 años implicó mucho esfuerzo, horas de dedicación, muchas veces de noche y hasta muy entrada la madrugada, "porque había contenidos difíciles, y además era complicado concentrarse con un nieto revoloteando durante el día", explicó Roxana Vargas, hija de Edilia.
A pesar de no saber utilizar la tecnología, comenzó sus clases online. "Fue una excelente alumna, nunca faltó a clases y siempre tuvo buena disposición para aprender. A pesar de que a veces tenía dificultades en ciertas materias, siempre tuvo el ánimo alto para seguir consultando y estudiando", señaló Aliro Bocaz, profesor del programa Aprende Mayor.
Meses de esfuerzo y trabajo valieron la pena y en octubre del año pasado recibió el certificado de validación de estudios correspondientes a educación básica en el establecimiento Escuela Sociedad Socorro de Señora de Osorno.
Una vez recibido el título, dijo: "agradecí al Señor, mi hija, mi marido y celebramos, porque estaba orgullosa, cumplí la misión, porque no todos estudian a esta edad".
Asimismo, su hija comentó: "Me sentí orgullosa, porque pudo cumplir un sueño que tuvo toda su vida y me hace reflexionar que aún me queda la mitad de mi vida para seguir haciendo cosas".
No la dejaron seguir
Edilia Wiederhold nació el 18 de febrero de 1945, es hija de Juvenal Wiederhold y Norma Poffald. Fue criada en Tacamó y toda su infancia estuvo ligada al campo, ya que su padre era camionero y su madre agricultora.
Vivían lejos de la ciudad y no había escuelas cercanas, por lo que la única opción para darles educación fue llevar a Edilia junto con su hermano José a la ciudad. De lunes a viernes los niños de 7 y 8 años se alojaban en casa de familiares, sin la presencia de sus padres. Fue así hasta que la madre de Edilia la obligó a dejar la escuela en tercero básico para dedicarse a la crianza de sus hermanos pequeños y labores domésticas.
"Me sacó del colegio en tercero básico y no me dio estudios. Yo no tenía la culpa de que tuviera tantos hijos", detalló.
Cuando cumplió la mayoría de edad, se fue de su hogar a trabajar al Hotel Peulla. "Me fui con una prima y una amiga a trabajar allá. Me acogieron muy bien, porque mi abuelo era amigo del dueño, así que no dormía con el resto de las trabajadoras, sino en la zona de pasajeros", detalló Edilia.
Pasaron los años y comenzó a pensar en que la única forma de seguir adelante era a través del trabajo, perseverancia e iniciativa propia, como se lo habían inculcado sus padres. Más tarde trabajó en el Hotel Puyehue, también haciendo mermeladas en la Universidad de Los Lagos y luego llegó a tener un empleo de administradora en la Lavandería Osorno.
A los 37 años se convirtió en madre y con ello decidió ser dueña de casa. "Le enseñamos que tenía que estudiar porque la vida se le iba a hacer más fácil con estudios", comentó Edilia Wiederhold.
Después de tener una hija y convivir 10 años con Raúl Vargas, decidieron casarse. "En 1991 me dijo: 'voy a sacar hora en el Registro Civil' y le respondí: 'démosle no más'", explicó.
Legado para su nieto
Años después, su hija Roxana le trajo un nuevo integrante a la familia. Actualmente, el niño tiene dos años y Roxana le pidió escribir un libro para que su nieto los pueda conocer cuando ellos no estén en este mundo.
"En un principio no quería, porque tenía mala letra y pocos recursos lingüísticos. Pero luego se dio cuenta de que este es un regalo tanto para ella como para su nieto, ya que escribir su biografía no era sólo para la posteridad, sino que era una forma de sanar las heridas que han quedado en el camino de la vida, aprendiendo a perdonar su tipo de crianza y verlo desde otra perspectiva", expuso la hija de Edilia, Roxana Vargas.