Excancilleres de diez países de América Latina expresaron su "pleno respaldo" a la posición de Panamá sobre el canal interoceánico, que consideran un "activo estratégico". Esto, tras la queja del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de que exigirá su devolución si no se reducen las tarifas que se cobran para su tránsito.

Así lo manifestaron en un comunicado divulgado ayer en el que validan la postura del Gobierno y el pueblo panameño "en su firme afirmación de que la soberanía e independencia de Panamá sobre el canal interoceánico no son negociables".

"Es indiscutible que la República de Panamá y su gente han gestionado el Canal con responsabilidad, garantizando su aporte al comercio marítimo internacional y al desarrollo económico global, lo cual constituye un símbolo de autonomía y orgullo latinoamericano", señalaron los firmantes, entre quienes se encuentran los excancilleres chilenos José Miguel Insulza, Ignacio Walker, Mariano Fernández, Alejandro Foxley, Alfredo Moreno y Heraldo Muñoz.

El texto recuerda que "los Tratados Torrijos-Carter, firmados entre Estados Unidos y Panamá en 1977 (...) establecieron un cronograma para la transferencia del Canal y sus áreas adyacentes al control panameño" que se concretó hace 25 años, el 31 de diciembre de 1999.

"Este acuerdo histórico fue el resultado de una prolongada y decidida lucha del pueblo panameño, apoyada por una amplia solidaridad internacional". Igualmente reafirman su "solidaridad con Panamá y su pueblo, apoyando su legítima defensa de la soberanía sobre este valioso activo estratégico", señala.

Los comentarios de Trump sobre el Canal de Panamá causaron un revuelo mayúsculo a finales de diciembre al amenazar con recuperar esa vía interoceánica si no se reducen las tarifas que cobran al comercio de Estados Unidos para transitarlo.

El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, defendió la soberanía de su país sobre el Canal y dijo que los peajes no se van a bajar porque "no se hacen al antojo de los presidentes".

"Nos vemos en la calle. Los quiero mucho". Así termina el video que Nicolás Maduro publicó este domingo en su cuenta de Telegram y en el que emplazó a los ciudadanos de Venezuela a participar de su toma de posesión como presidente este viernes 10 de enero.

El llamado, cuenta en el registro, busca garantizar "la paz" del proceso de toma de posesión y manifestarse contra "el intervencionismo extranjero imperialista" y "la derecha extremista fascista".

"Nos vemos en las calles, las esquinas y los barrios, en perfecta fusión popular-militar-policial. El 10 juramos por Venezuela, por su futuro", se lee en el mensaje que acompaña al video. Maduro subrayó que "la revolución" no depende de un hombre, sino de "un pueblo empoderado, consciente y organizado" que no permitirá que se pierdan los logros alcanzados.

Días previos

La semana previa a la ceremonia de toma de posesión de Maduro ha estado tensa en Venezuela.

Ayer, en una jornada marcada por la retórica política y la reafirmación de lealtades, la nueva directiva del Parlamento venezolano asumió una serie de compromisos que delinean la agenda del oficialismo para el futuro próximo. La defensa del territorio Esequibo, la solidaridad con Palestina y la juramentación de Nicolás Maduro como presidente para el próximo sexenio, fueron los puntos centrales de la sesión.

Por cierto, para nadie debe haber sido una sorpresa que Jorge Rodríguez haya sido escogido como presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela por quinto período consecutivo. Se trata, además, de un conocido socio político de Maduro.

En su primer discurso del año, Rodríguez se comprometió a "derrotar al extremismo", en referencia a la oposición mayoritaria agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), a quienes acusó de "amenazar el derecho a vivir libres, soberanos e independientes".

Posible arresto

La sesión se desarrolló en un contexto de creciente incertidumbre. Horas antes, el propio Jorge Rodríguez había solicitado a los diputados apoyar la orden de arresto contra el líder opositor Edmundo González Urrutia, exiliado en España, si este ingresa al país. González Urrutia ha manifestado su intención de asumir la presidencia, alegando haber ganado las elecciones, y reiteró el sábado en Buenos Aires y en Montevideo que buscará llegar a Venezuela este viernes, tras una gira por países del continente americano para reunir apoyos, incluido EE.UU.

La insistencia del Estado venezolano en el arresto de González Urrutia se intensifica a medida que se acerca la fecha de la toma de posesión presidencial. Como tanto Nicolás Maduro como el líder opositor prometen asumir el cargo, se anticipa un escenario de posible confrontación. De ahí se explica el llamado de Maduro a copar las calles.

América Pérez, segunda vicepresidenta del Parlamento, juró que Maduro asumirá el cargo pese a la controversia por su reelección, calificada como "fraude" por la oposición, numerosos países y organismos internacionales, que reconocen a González Urrutia como el legítimo presidente electo de Venezuela.

Mientras, los preparativos para la toma de posesión siguen adelante. El titular del Ministerio de Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, realizó un recorrido para verificar los puntos de seguridad en Caracas la noche del sábado y ayer en la madrugada. "Algunos sectores de la oposición andan como nerviosos porque hay medidas de seguridad por los alrededores del Palacio Legislativo y del Palacio de Miraflores (sede del Ejecutivo)", dijo el ministro, quien agregó que estos despliegues son para "garantizar la paz" ante "las amenazas" de la oposición "contra la democracia".