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-¿Qué explicación le entrega a la comunidad que está constantemente solicitando proyectos de agua potable rural, de mejoramiento de caminos y electrificación en los campos?
-El municipio está presente siempre en los momentos que la comunidad lo requiere y es muy complejo, porque las familias más vulnerables son las más afectadas. Por ejemplo, no sólo no entregan el financiamiento de forma expedita y con la prontitud que requiere la comunidad, además, ponen la mayor cantidad de trabas posibles para la entrega de agua potable rural, llegando incluso a quedar sin reparto, como ha sido de público conocimiento. Por eso se requiere realizar trabajos de contención de los vecinos, donde los equipos municipales son clave y esa contención se hace en terreno, donde está la gente que lo está pasando mal. Eso trato de hacer siempre, ir y escuchar. Los dirigentes y la comunidad se contactan conmigo directamente, porque tiene mi número de celular para escribirme vía WhatsApp. Muchas veces vamos con malas noticias, pero se debe responder a la comunidad y con la realidad, porque no podemos andar evitando dar la cara, es una falta de respeto a nuestros vecinos. Como alcalde soy transversal y trabajo con todos y para todos.
Administración
-¿Cómo es administrar una comuna pequeña con alta ruralidad y bajo presupuesto?
-No es fácil, pero es un hermoso desafío que trabajamos diariamente. Una de las primeras complejidades es que muchas de las demandas requieren soluciones que no están dentro de las atribuciones directas del municipio o no tenemos recursos para eso. Entonces, empezamos a trabajar con ellos para buscar opciones en ministerios, al Subdere, el Gobierno Regional, entre otras instancias, pero es muy lento. En cuanto a lo humano, la relación entre el alcalde, los funcionarios municipales y la comunidad es muy distinta en comparación con las comunas con más población. Por ejemplo, permite tener contacto permanente con los dirigentes sociales y con todos los vecinos. Las audiencias son más rápidas, con necesidades que en general son distintas a las ciudades grandes.
-¿La gente acude al municipio para pedir trabajo o que les ayuden a conseguir empleo?
-Desde la pandemia el tema laboral es una situación crítica y compleja en la comuna. Me atrevo a decir que cerca del 70% de mis audiencias tienen que ver con temas de carácter laboral. En la comuna, las principales fuentes laborales giran en torno al municipio, a través de los departamentos de Salud y Educación, así como el mismo municipio o las obras que se puedan generar en la comuna. Entonces, la comunidad debe salir de Río Negro, porque no hay grandes oportunidades laborales. Como institución pública no estamos para dar empleo sin justificaciones y eso cuesta que la comunidad lo entienda a veces.
-¿Cómo ha sido su experiencia en el mundo político?
-No ha sido fácil navegar en las aguas del mundo político durante los últimos años. Tuve la fortuna de empezar en cargos pequeños e ir subiendo hasta llegar a ser alcalde, eso me permitió conocer cómo funciona el municipio y conocer la comuna y su gente. Entonces, si bien la ciudadanía busca nuevos líderes, ocurre que al interior de los partidos es muy complicado, porque cuesta abrir ese camino y principalmente nacen las trabas por la preocupación de que seas un eventual rival para quienes llevan años en política. A mí la gente me eligió para ser alcalde de toda la comunidad y trabajo de forma transversal con un objetivo claro: el progreso de Río Negro. Desde que soy elegido, mi gestión es para toda la comuna de Río Negro, sin color político.
4 años estará Sebastián Cruzat como jefe comunal de Río Negro,
38 años donde fue elegido con amplia mayoría ciudadana para un segundo periodo.
6 concejales tiene Sebastián Cruzat, quien es uno de los jefes comunales más jóvenes de la región y el país. Está en pareja y es padre de tres hijos.