Cortinas de humo
El intercambio de palabras entre autoridades argentinas y chilenas en estos últimos días, hace pensar que tenemos malas relaciones entre países limítrofes hermanos y recordar viejos tiempos en que los problemas limítrofes y eventos de transgresión de los límites servían como cortinas de humo para opacar y distraer a la ciudadanía de los problemas políticos, sociales y económicos en ambos países.
Es una manera también de los gobiernos, que usando el sentimiento de patriotismo de los ciudadanos, aunan voluntades de gobernantes y oponentes. Nada nuevo bajo el sol.
Marcos Concha Valencia
Vehículos en las playas
El Congreso se encuentra tramitando un proyecto de ley destinado a prohibir el ingreso y tránsito de vehículos motorizados -salvo en casos de emergencias, fiscalización o actividades debidamente autorizadas- en playas, humedales costeros y dunas. Esta iniciativa responde a la necesidad de proteger la biodiversidad y morfología del borde costero en todo el territorio nacional, el que ha sido gravemente afectado por el tránsito vehicular.
La implementación efectiva de esta normativa -de ser aprobada- recaerá en las autoridades marítimas, Carabineros y municipalidades. Sin embargo, el papel de los Juzgados de Policía Local será fundamental, ya que serán los encargados deresolver las denuncias por infracciones a la ley.
El proyecto contempla sanciones, imputables al propietario del vehículo, que parten en multas 5 UTM. En caso de reincidencia, estas se duplicarán, y el infractor podría enfrentar la suspensión de su licencia de conducir por hasta dos años.
La iniciativa enfrenta desafíos técnicos y legales que deberán resolverse en su tramitación. No obstante, su aprobación representaría un avance significativo en la protección de los recursos naturales, consolidando el compromiso del país con la sostenibilidad y la conservación ambiental.
Andrés Celedón, académico U. Autónoma de Chile
Fin de año e intoxicaciones
No solo el consumo de alcohol es frecuente en las celebraciones de las Fiestas de Fin de Año, sino que también el alto consumo de alimentos de todo tipo.
En este contexto, las intoxicaciones en este periodo son más comunes de lo que se piensa. Factores como la gran cantidad de alimentos preparados que se comercializan y no cumplen con los requisitos sanitarios que otorguen seguridad al momento de ingerirlos: almacenamiento inadecuado de ellos, manipulación incorrecta de los alimentos y la ruptura de la cadena de frío, pueden hacer pasar más de un mal rato a las personas durante las Fiestas de Fin de Año.
Respecto a las causas más comunes de las intoxicaciones alimentarias cabe mencionar: la contaminación cruzada; el almacenamiento inadecuado; la cocción insuficiente de alimentos; alimentos en mal estado; manipulación incorrecta e higiene; y consumo de alimentos crudos.
Los síntomas de una intoxicación alimentaria, en general, aparecen entre 1 y 72 horas después de haber consumido el alimento y estos síntomas pueden ser por ejemplo náuseas y vómitos, diarrea, dolor abdominal, calambres, fiebre, debilidad general y deshidratación.
Hay que tener mucho cuidado con personas de edad vulnerable como los niños, los ancianos, las mujeres embarazadas y pacientes inmunodeprimidos o que tengan alguna otra enfermedad, ya que en ellos, la intoxicación alimentaria puede ser grave y requerir la atención médica.
Fernando Torres, dir. Escuela Química y Farmacia U. Andrés Bello
Más que regalos
La Navidad es un tiempo de celebración, regalos, Viejito Pascuero y de la esperada cena junto a nuestros seres queridos. Sin embargo, en medio de horarios ajustados y un comercio abarrotado, muchas veces olvidamos el verdadero sentido de esta festividad. Nos dejamos arrastrar por la prisa y las tareas interminables, abandonando lo que en realidad importa, especialmente para los niños y niñas: compartir, sentir el calor del hogar y vivir experiencias significativas en familia.
Aunque los más pequeños esperan ansiosos sus obsequios, también anhelan momentos que no se encuentran envueltos en papel de regalo.
Ellos disfrutan ayudando a decorar la mesa, participando en la preparación de la comida y vistiéndose de una manera especial para la ocasión. Estas actividades son grandes oportunidades para construir recuerdos que permanecerán en su corazón por mucho más tiempo que cualquier juguete.
Es esencial hacer una pausa en este ajetreo y valorar el tiempo de calidad con nuestros niños y niñas, así como también conversar con ellos, reír, jugar y permitirles disfrutar de la compañía de los adultos de la casa. Estos momentos de conexión, de escucha activa y de amor compartido, son el verdadero regalo de Navidad.
La magia de esta fecha no radica en los objetos materiales, sino en las experiencias y los vínculos que se tejen como familia. Se debe recordar que el mejor regalo que podemos ofrecer a nuestros hijos e hijas no es algo que puedan sostener en las manos, sino que sientan en su corazón: nuestro tiempo, atención y cariño. María Loreto Bustamante, académica Universidad de Las Américas, sede Concepción