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respecto, los cuales levantaron objeciones al proyecto, sumado a más de 100 observaciones ciudadanas realizadas por organizaciones vecinales, ambientales, sociales, entre otras.
El proyecto desistido buscaba extender la vida útil de la planta de residuos industriales a través de la ampliación en 7,8 hectáreas para la disposición de residuos orgánicos no peligrosos al interior del predio de 56,98 hectáreas, donde funciona actualmente la planta privada. Con esto se buscaba prolongar en 10 años más la vida útil, adicionales a los 25 años de permiso de funcionamiento que posee a partir de 2011, estipulado en su Estudio de Impacto Ambiental aprobado en 2009.
Los vecinos del sector manifestaron su preocupación por este cambio y optaron por resguardar su identidad a la espera de conocer más detalles respecto a los planteamientos que tendrá la nueva firma.
"La verdad, me sorprende que se haya concretado una venta cuando hay varios puntos que los antiguos dueños no habían resuelto respecto a la forma de operar de la planta. Quienes vivimos cerca sabemos que los olores que generan sus riles son insoportables, sobre todo en verano. Y si bien está cerca también el vertedero municipal de Curaco, los olores son distintos entre basura y lodos. Ahora, puede que sea un beneficio, porque la empresa nueva podría generar las inversiones necesarias que el dueño anterior nunca hizo", señaló una vecina del sector.
Francisco Reyes, consejero regional y presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Consejo Regional, indicó que es lamentable que la comunidad no esté enterada del traspaso de Ecoprial a una transnacional.
"Ese es un elemento negativo y debe ser el primer desafío de la nueva firma, socializar el proyecto que tiene con la comunidad en general y con mayor razón con quienes se van a ver directamente impactados, que son los que viven en el entorno. En su momento se supo de la intención de una ampliación de radio operacional de Ecoprial y eso también lo dijeron tardíamente, aunque fue desistido. Entonces, se requiere saber cuál será el plan de acción de la nueva firma, si solicitarán nuevamente una ampliación y cuáles serán sus medidas de mitigación, entre otros puntos", expresó Reyes.
Agregó que la producción de energías limpias debe tener condiciones de operación limpias, "eso significa información pública de la firma, transparentar los objetivos, el crecimiento que proyectan a futuro y también es necesario que los estándares internacionales con que trabajan estas empresas en otros puntos del mundo, se apliquen también en lo local y que vayan mucho más allá de la norma chilena, implementando desde ya tecnologías actualizadas y con una responsabilidad social importante. Es urgente conocer estos detalles", precisó.
Ricardo Becerra, presidente de la Red Ambiental Ciudadana, enfatizó que se requiere conocer el plan ambiental, porque estas transnacionales buscan operar en países con normativas ambientales débiles que les abaratan los costos.
"No es de extrañar que estas compras ocurran, pero es urgente conocer la propuesta que tienen los nuevos dueños para el funcionamiento integral de Ecoprial. Si van aplicar los protocolos internacionales que exigen en países desarrollados en materias ambientales, sería un avance, de lo contrario, la planta seguirá con las mismas falencias que arrastra por años", manifestó Becerra.
Agregó que "la responsabilidad empresarial con el entorno y con el modo de operar marcará la diferencia, porque si se acogen a que cumplen sólo con la débil legislación chilena, los únicos que ganarán son los dueños desde el punto de vista económico, porque es un ahorro enorme en comparación con lo que exigen en otros países. Eso es una urgencia, porque si eventualmente por ejemplo aumentan la capacidad de operación con las mismas normas actuales, será una pérdida. El negocio no nos extraña, pero genera suspicacias de que no se supiera y menos aún la comunidad aledaña", comentó el líder ambientalista.
Los nuevos propietarios de Ecoprial declinaron referirse al tema por ahora, mientras que no fue posible ubicar a los ahora accionistas minoritarios, la familia Albrecht.
$10 millones de dólares se pagó al momento de realizar el negocio; con unos ajustes que se celebrarán en 2024 y 2025, la transacción total llegará a los $41 millones de dólares. Esto, según distintos documentos públicos.
25 años de vida útil es el permiso de funcionamiento que posee a partir del 2011 la Planta de Disposición Final de Residuos Biológicos No Peligrosos Industriales Ecoprial, en Osorno.
2021 ingresó al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (DIA) una solicitud de Declaración de Impacto Ambiental para ampliar la planta Ecoprial, en Curaco, lo que fue desistido en 2023.