Este 2024 celebramos una década del Día de la Fauna Chilena, fecha que invita a reflexionar sobre la biodiversidad que habita en nuestro territorio y la necesidad de protegerla. Esta efeméride también nos recuerda el papel fundamental que desempeñan los seres vivos en el equilibrio de los ecosistemas, y por ende, en nuestra propia existencia.

Chile es un país de contrastes de biomas, presentando desde desiertos hasta bosques templados. Estos ambientes albergan especies únicas, creando un patrimonio biológico invaluable. Dentro de estas se encuentran animales emblemáticos como el huemul, el cóndor o la mariposa de cuatro ojos, y todos desempeñan roles cruciales en sus ecosistemas.

La celebración del Día de la Fauna Chilena permite reconocer la interconexión entre todas las formas de vida. Desde el más pequeño insecto hasta el puma, contribuye al funcionamiento del ecosistema, por lo que, la reducción de poblaciones puede tener repercusiones en cascada, afectando a muchas otras especies y también a los seres humanos.

A lo largo de la última década se ha documentado una alarmante pérdida de biodiversidad a nivel mundial producto de la expansión urbana, la agricultura intensiva, la contaminación y el cambio climático. En efecto, estos factores han llevado a muchos animales al borde de la extinción. Un ejemplo de esto es la población de picaflor de Arica o la chinchilla, que se encuentran en peligro crítico, lo que obliga a actuar con urgencia.

Se trata de una oportunidad para educar a las nuevas generaciones sobre la importancia de la conservación y la sostenibilidad, lo que implica que científicos, educadores y ciudadanos actúen en conjunto para generar conciencia sobre la necesidad de proteger nuestros recursos naturales.

La reciente conmemoración es un recordatorio de la responsabilidad colectiva que tenemos para con el medio ambiente. En este décimo aniversario, comprometámonos a actuar con determinación y cuidado por la naturaleza, porque la protección de la fauna es, sin duda, la protección de nuestro futuro.

El cáncer es una de las patologías con mayor prevalencia en el mundo. En nuestro país, es la segunda causa de muerte, ya que cada año fallecen más de 50 mil personas por esta compleja enfermedad.

Son cifras lamentables, que se acentuaron durante la pandemia, cuando las personas interrumpieron sus controles médicos, debido a que el tema prioritario era el covid-19. Los exámenes de detección de la enfermedad bajaron considerablemente durante el período más crítico, como son los casos de las mamografías y Papanicolau, en las mujeres, y de próstata, en los hombres. Entonces se estimaba que más de la mitad de los pacientes dejó de concurrir a sus controles médicos, por temor a la pandemia. Asimismo, en ese período hubo un gran incremento de las listas de espera de enfermos oncológicos.

En Chile, la primera causa de muerte de las mujeres es por cáncer mamario, pero a la vez la realización de un diagnóstico temprano aumenta las probabilidades de vida de la paciente. Se ha planteado a los pacientes que deben hacerse exámenes preventivos para un diagnóstico precoz con cierta regularidad. Ello asegura éxito en casos determinados.

Si bien ésta es una de las enfermedades más catastróficas, por el daño que produce en los pacientes, el efecto en las familias y por sus altos costos económicos, también es necesario señalar que se pueden prevenir al reducir la exposición a los factores de riesgo, como el tabaco, el alcohol y el sedentarismo. Muchos otros tipos de cáncer, especialmente el cervicouterino, el de mama, el colorrectal y de próstata pueden detectarse temprano y tratarse eficazmente a través de programas organizados de detección temprana ligados al acceso al tratamiento oportuno.