Arte musical
El arte musical es una expresión artística que consiste en la combinación de sonidos vocales o instrumentales, según estándares culturales de ritmo y melodía. La música académica occidental ha desarrollado un método de escritura basado en dos ejes: el horizontal representa el transcurso del tiempo, y el vertical la altura del sonido; la duración de cada sonido está dada por la forma de las figuras musicales.
En el desarrollo cognitivo del ser humano, la música se hace parte del pensamiento lógico matemático, en la adquisición del lenguaje, desarrollo psicomotriz, aprendizaje de lenguas no nativas, robustece la inteligencia emocional y las relaciones interpersonales. En la mayoría de las culturas, la música interviene en ceremonias, ritos de paso, acciones sociales de distracción y bienestar.
Aunque haya sido Pitágoras quien enunciara primeramente los fundamentos de la armonía y la naturaleza del sonido -cifrada en intervalos y escalas modales-, la música existe consustancialmente en la naturaleza toda. Siempre hallaremos música en el columpio de las hojas en los árboles. Siempre es posible oír el cántico alegre de las aguas del río, que bajan alocadas saltando de piedra en piedra, camino al mar. Hay armonía en el aleteo de las alas de un pájaro y en el resuello del viento, dando palmadas en las esquinas de la casa. Nuestra voz, el urdido de nuestras frases, la forma en que nombramos paloma, nenúfar o sátrapa, van mecidas por un ritmo particular y significativo, según sea la intención que podamos darles. El agua que proviene de la panza de la nube negra, arma melodías sobre el techo y será distinta si cae sobre las tejuelas de alerce o sobre el cinc.
Los seres humanos llevamos armonía y ritmo en el quehacer de estar vivos, ¿no hemos constatado desde siempre este latido vital entre pecho y espalda? ¿No hay música en el ir y venir del rojo cardumen de linfocitos migratorios y glóbulos, jugando a pintar el plasma de rojo y blanco? ¿No hay música etérea y fugaz en el trabajo permanente de vísceras, del hígado jugando a la alquimia en mancomunado esfuerzo con la vesícula y el páncreas? Y el tranco que imprimimos a nuestros pies, ¿no habla de ritmo y asonancia? También el trueno reclama su capacidad musical generada a través de sus ondas de choque, y aunque se dirá que él es sólo ruido, hay quienes esgrimen hacer música a partir del ruido y como hablamos de sonidos, finalmente, dejaremos abierta la discusión.
Hay quienes dicen que la música es la principal expresión artística. De hecho, es la más cercana a todo ser y estando presente en todo el universo y en la historia de las civilizaciones, ha de ser la más recurrente. No en balde hay tantos seres que cantan en solitario o en coro, tantos que rasguen las cuerdas de una guitarra, un violoncello, un contrabajo, un violín. Tantos los que rozan las teclas de un piano o los que estiran y comprimen el colorido cuerpo de un acordeón. O simplemente, oyen el rítmico vals de las olas sobre el piso de la arena.