El Ejército de Israel intensificó ayer su avance en el sur del Líbano en una jornada marcada por la entrada de dos tanques israelíes en la base de la misión de paz de la ONU (Finul) en esa zona, enfrentamientos contra el grupo chií libanés Hizbulá y ataques contra paramédicos de la Cruz Roja libanesa. Todo al tiempo que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusó a los cascos azules de ser "escudos humanos" del grupo terrorista.
La Finul acusó en un comunicado al Ejército israelí de poner en peligro a sus soldados después de que dos tanques Merkava israelíes destruyeran de madrugada la puerta principal de la base de la misión de mantenimiento de paz de la ONU e ingresaran a la fuerza en ella, donde permanecieron 45 minutos.
Posteriormente, los militares de la misión de paz informaron de varios disparos a 100 metros al norte, que emitieron un humo que entró en las instalaciones y por el que "quince efectivos sufrieron efectos, entre ellos irritación de la piel y reacciones gastrointestinales", afirmó la Finul.
Ante esta situación, la misión de la ONU en el país recordó al Ejército israelí "por cuarta vez en dos días" que entre sus obligaciones está la de "garantizar la protección y seguridad del personal y los bienes de las Naciones Unidas", así como respetar la resolución 1701 (2006) del Consejo de Seguridad y la Línea Azul, la demarcación entre el Líbano e Israel establecida por la ONU en el año 2000.
Negativa a evacuar
En este escenario, Netanyahu afirmó que la negativa a "evacuar a los soldados de la Finul los convierte en rehenes de Hizbulá. Esto pone en peligro sus vidas y las de nuestros soldados".
En un mensaje en video, dirigido directamente al secretario general de la ONU, António Guterres (que no tiene jurisdicción sobre la Finul ya que la misión depende del Consejo de Seguridad), el primer ministro aseguró que Israel ha solicitado la salida de los cascos azules en varias ocasiones.
"Hemos recibido repetidas negativas, todas dirigidas a proporcionarle escudos humanos a los terroristas de Hizbulá", dijo el mandatario, una frase que utiliza también para referirse a la población de Gaza o de Líbano, siempre que el Ejército israelí ataca infraestructura civil.
Los cascos azules se encuentran en Líbano de conformidad con la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que puso fin a la guerra de 2006 entre Israel y Hizbulá.
Netanyahu dijo que Israel hace "todo lo posible" por evitar el daño a los cascos azules, pero que la mejor manera de prevenir estos incidentes es sacarlos fuera del territorio, para lo que haría falta una decisión del Consejo de Seguridad.
Soldados muertos
Mientras, una fuente militar informó que seis soldados del Ejército libanés han muerto estando de servicio desde el inicio del conflicto hace un año entre Hizbulá e Israel, pese a que la institución castrense se mantiene al margen de los choques, y realiza tareas de evacuación y de protección de la población civil.
No obstante, la misma fuente apuntó que la cifra puede ser superior, ya que no contempla aquellos soldados libaneses fallecidos por bombardeos estando en sus hogares con sus familias y fuera de servicio.
Por otro lado, la Cruz Roja Libanesa denunció que varios de sus miembros resultaron levemente heridos cuando la aviación israelí bombardeó por segunda vez una vivienda en el sur del Líbano, a donde habían llegado para ayudar a eventuales víctimas del primer ataque.
Más de un centenar de paramédicos han sido asesinados por los bombardeos israelíes en un año de conflicto, la gran mayoría durante las últimas semanas de campaña por la que más de 2.200 personas han muerto y que ha desplazado a más de 1,2 millones de personas.
En esta línea, la Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN) reportó al menos cuarto muertos en un bombardeo israelí contra una mezquita centenaria ubicada en la localidad de Kafr Tibnit, también en el sur del país, y que quedó completamente destruida.
Israel prosiguió este domingo con su campaña de bombardeos contra diferentes puntos del Líbano, que se concentra principalmente en el sur, el este y los suburbios sur de Beirut conocidos como el Dahye, desde donde se han desplazado cientos de miles de personas desde el inicio de estos ataques a finales de septiembre.