En el mundo, cada año fallecen poco más de 17 millones de personas por enfermedades cerebrovasculares o cardiovasculares, lo que habla de la importancia que tiene la atención oportuna de las causas de estas patologías. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que el 80% de estas patologías son evitables si se siguen conductas de vida saludables. No obstante, se han convertido en una de las principales causas de muerte a nivel mundial, y Chile no está exento de esta realidad, ya que son la causa de casi un tercio de las defunciones en el país.

Los principales factores de riesgo tienen que ver con estilos de vida y prácticas poco saludables, considerando que los estudios indican que en Chile el 86,7% de la población es sedentaria y no sólo mantiene una actitud reacia a los ejercicios, sino que es consumidora de comida chatarra; el 30,8% tiene sobrepeso y el 33,3% es fumadora, mientras que el 36% tiene hipertensión y el 12,3% padece diabetes.

Por eso, el 29 de septiembre pasado fue declarado como el Día Mundial del Corazón, y la OMS ha llamado a los gobiernos e instituciones a promover la salud cardiovascular y tomar acciones para reducir la mortalidad prematura por esa causa. El organismo reconoce que los largos períodos de cuarentena por covid impidieron la actividad física y fue evidente que las personas subieron de peso en esos tres años de emergencia sanitaria.

El principal riesgo de esas patologías es que no presentan síntomas y que los hábitos cada vez más sedentarios de las personas, así como la mala alimentación y los estimulantes, adquieren relevancia en las causas. Las enfermedades al corazón y al sistema circulatorio se han convertido en trastornos silenciosos y hasta mortales. Durante la pandemia los sistemas de salud tuvieron que preocuparse con prioridad de los contagios de coronavirus y sus consecuencias, quedando en segundo plano patologías como cáncer y enfermedades digestivas y neurológicas.

Los médicos destacan tres aspectos que son fundamentales para cuidar el corazón: una alimentación sana, realizar actividad física adecuada y llevar una vida que controle especialmente el estrés y la presión de cada día, lo que ha sido difícil debido a que se lleva una vida agitada. Cada uno de estos puntos plantea desafíos en términos de salud y en políticas que ayuden a promover la vida sana.

Nuestra región, caracterizada por su impresionante belleza natural, rica cultura y diversidad geográfica, enfrenta grandes desafíos. Es una región con una gran actividad marítima; es la tercera con mayor expansión poblacional, la cuarta con mayor población rural, y la quinta con mayor extensión. Todo esto en un territorio de gran riqueza hídrica, abundantes recursos naturales, y una geografía única, con islas, fiordos y canales. En este escenario, Los Lagos enfrenta una etapa de desarrollo que necesita ser soportado y potenciado por una red de infraestructura, que sea resiliente y sostenible.

La región es altamente susceptible a eventos climáticos extremos. Una infraestructura resiliente puede adaptarse a estos cambios y reducir su impacto. Por otra parte, la región posee una rica biodiversidad y ecosistemas frágiles, lo que exige que su infraestructura se diseñe y construya de manera que minimice su impacto ambiental, preservándolos. Esta infraestructura, resiliente y sostenible, puede impulsar el desarrollo económico de la misma.

Afortunadamente, la región está tomando cartas en el asunto. El año 2023, el Gobierno Regional decidió enfrentar este desafío a través del proyecto de "Infraestructura Sostenible e Inclusiva para la Competitividad Regional (ISIC)", que me toca dirigir; y que surge tomando como base distintas experiencias previas, como el Pacto por una Región Sostenible e Inclusiva, desde donde se advierte el hecho de planificar las necesidades de infraestructura de la Región con una mirada colaborativa. Para ello, se está trabajando en líneas de intervención que permitirán avanzar en este sentido.

Una de estas, es la creación de un portafolio de proyectos de infraestructura para la región; para lo cual se convocó a un comité de expertos, con el fin de delinear una hoja de ruta, priorizando iniciativas que cumplan con las características de competitividad, sostenibilidad, e inclusión. En este ejercicio, han surgido varios aspectos a priorizar, como el contar con una mirada sistémica y una infraestructura multipropósito, que atienda diversas perspectivas y necesidades. Se ha relevado asimismo la importancia de contar con alianzas interministeriales-sectoriales; así como la relevancia de la planificación de la región.

Otro aspecto abordado por este programa, necesario para que esta visión sea sostenible en el tiempo; es la intervención en el ámbito educativo. Dentro de esta área, ya se ha iniciado un trabajo colaborativo con los liceos Técnico-Profesionales (TP) que están vinculados a áreas de infraestructura; para levantar iniciativas que permitan incorporar estos conceptos en actividades formativas con quienes tendrán a su cargo el desarrollo futuro de la región.