El pasado 6 de septiembre se celebró el Día Internacional de la Atención primaria en salud, en conmemoración de la conferencia internacional de Alma Ata celebrada en Rusia en 1978.
Aquel encuentro establecía la estrategia de atención primaria en salud como la crítica a un modelo de atención centrado en los hospitales con fuerte orientación biomédica. Su estrategia procuraba la descentralización de salud, con un enfoque comunitario con foco en la relación entre los procesos de salud-enfermedad y los estilos de vida, sistema político, económico y cultural. En definitiva, intentaba implementar los principios de la medicina social, considerando los efectos o consecuencias de las desigualdades sociales en la salud de la población, sin descuidar la mirada biomédica.
En ello Chile tenía una larga tradición. Como antecedente, en 1939 se publicó el libro sobre la realidad médico social de Salvador Allende, argumentando los efectos de las desigualdades sociales como causa de la mortalidad infantil y los problemas de salud de las personas. Unos años antes, en 1925, se creó la primera Escuela de Trabajo Social en Latinoamérica del Dr. Alejandro del Río y en 1952 el Servicio Nacional de Salud.
Todas esa acciones tenían una clara orientación en el fortalecimiento de la calidad de vida de las personas. Es decir, un marco de derechos sociales en construcción, derivados del aprendizaje de las consecuencias negativas de la cuestión social, como nuestro triste récord mundial de mortalidad infantil, adjudicado en tres oportunidades 1891-96; 1906 y 1908.
El marco de una política sanitaria orientada hacia un enfoque integral consagró las acciones en salud como uno de los referentes más importantes del mundo, como por ejemplo, el Servicio Nacional de Salud.
Sin embargo, de forma incomprensible, dado sus logros, un año después de implementada la estrategia de atención primaria, la dictadura militar eliminó el Servicio Nacional de Salud, que en sus 27 años de experiencia permitió consagrar avances significativos: disminución de la mortalidad infantil, mortalidad materna e incremento de la esperanza de vida.
La conmemoración del Día Internacional de Atención Primaria se conecta en Chile con la construcción histórica de derechos sociales, como por ejemplo, la celebración de los 100 años de la creación del Trabajo Social en Chile y el fortalecimiento de las políticas sociales, así como su interrupción y transformación producto de los cambios en el camino democrático chileno.
En tiempos de transición pandémica, es importante destacar a la salud primaria como un referente importante de la salud pública mundial.