El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) ha señalado que la cantidad de niños entre 0 y 14 años ha disminuido sostenidamente en las últimas décadas, pues se estima que en la actualidad hay casi 350 mil menos que en 1992, y que para 2050 las proyecciones indican que habrá casi 670.000 niños menos que en 2020.

Las cifras precisan que si en 1992 ese segmento era el 29,7% de la población, en 2050 representará sólo el 14,2%. Chile envejece a tasas aceleradas, tanto porque los adultos mayores viven más años, como porque las familias tienen menos hijos, según confirmaron las recientes estadísticas entregadas el mismo INE. Allí se desglosa que en junio de este año hubo un total de 10.561 nacimientos a nivel nacional, de los cuales el 50,6% son hombres y el 49,4% son mujeres, marcando una caída de 28,4% respecto a junio de 2023, y una disminución de 11,4% al comparar con mayo de 2024.

Por otro lado, y de acuerdo a las estimaciones a nivel nacional, el envejecimiento poblacional en Chile seguirá aumentando, de hecho el 18,9% de la población chilena estimada para el año 2035 corresponderá al rango de 65 años y más.

En ese contexto, es importante destacar las acciones que se realizan en torno al desarrollo, cuidados y espacios para los adultos mayores, que en agosto tuvieron un mes especial, pero que requieren dedicación permanente. Con mejores condiciones de salud que en las décadas pasadas y mayor expectativa de vida, quienes llegan a la tercera edad son un aporte relevante en la vida social, política y familiar, donde muchas veces son parte de las redes de apoyo y participan activamente.

Hay que recordar que la falta de manejo de las nuevas tecnologías afecta especialmente a las personas mayores de 65 años, que requieren adaptarse a la nueva era para no estar socialmente aislados.

Sin duda, uno de los grandes retos de nuestro tiempo es lograr que este amplio sector social, cada vez más numeroso, no se sienta excluido de los avances de los distintos ámbitos de la sociedad, manteniendo un envejecimiento activo propiciado por las comunidades no sólo en el mes de agosto.

Ainicios de la década de 2000, el embajador de Israel en Chile visitó la provincia de Osorno, que ya en esa época tenía problemas de abastecimiento de agua en los sectores rurales. La idea, entre otras cosas, era realizar transferencia tecnológica en materia de déficit hídrico.

Cuando el embajador preguntó cuánta lluvia caía en un año normal en la zona y se le dijo que alrededor de 1.200 milímetros, este señaló que la naturaleza del problema entre su nación y la provincia de Osorno era radicalmente distinta. Y claro, ellos sólo tienen cerca de 450 milímetros de agua lluvia al año para abastecer a 10 millones de personas que viven en la mitad del territorio que ocupa la provincia de Osorno, con sus 221 mil habitantes. Y por ello, el 65% de su agua dulce total proviene de la desalación.

El territorio comprendido entre las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, abarca 98.856 kilómetros cuadrados y en él viven 2.142.011 habitantes. Los territorios palestino e israelí, en cambio, comprenden sólo 28.310 kilómetros cuadrados, de los cuales 8.165 corresponden a Gaza y Cisjordania, y 22.145 a Israel. En el primero viven 9,4 millones de seres humanos y en el segundo 5,5 millones.

El 2 de septiembre, camiones aljibe que han prestado el servicio de llevar agua a sectores desabastecidos realizaron una protesta por trabajos impagos desde enero. En el periodo 2010-2020 se estimó que el gasto estatal en arriendo de camiones aljibe a lo largo de Chile había superado los $222 mil millones, es decir, un promedio de $20 mil millones al año, sin contar los más de $11 mil millones que se gastó en el mismo periodo en forraje para el ganado.

Volvamos entonces a la visita del embajador de Israel a Osorno a inicios de siglo. En la conversación, establecía con claridad que un país que cuenta con capacidades ilimitadas para desalar el agua del océano que baña sus costas y que puede encausar el agua lluvia para recargar acuíferos o embalsarla, tiene todo a su favor para que el vital elemento esté siempre disponible.

Existe consenso respecto de que el agua lluvia debe aprovecharse de mejor forma. Escenarios Hídricos 2030 promueve el desarrollo de ciudades esponja, de suelos permeables, para captar aguas lluvias e infiltrarlas a las napas, pero el tema es más complejo en zonas rurales: hacia 2022, el 72% de la superficie del país sufría de sequía en alguno de sus grados y, aquí, parece que los embalses siguen siendo la gran solución. La pregunta es: ¿seguiremos gastando en aljibe o haremos proyectos en serio para gestionar el agua?.