El Estado lo hace mal". Este ha sido el argumento histórico de un sector político para justificar la privatización de todo lo que se pueda y achicar el Estado lo más posible.
Durante la dictadura cívico-militar se privatizaron importantes empresas: Empresa Nacional de Electricidad (Endesa), Compañía de Acero del Pacífico (CAP), Sociedad Química y Minera de Chile (Soquimich), Empresa Forestal Arauco, Industria Forestal S.A. (Inforsa), Celulosa Constitución (Celco), Celulosa Arauco, Industria Nacional del Cemento S.A. (Inacesa), Empresa Pesquera Arauco, Empresa Pesquera Tarapacá S.A. (Eptsa), Sociedad Chilena de Fertilizantes (Sochinf), Empresa Electrónica Nacional (Elecna), Empresa Nacional de Computación e Informática (Ecom), Industria Azucarera Nacional (Iansa), Sociedad de Construcciones y Operaciones Agropecuarias (Socoagro), Chilefilms, Línea Aérea Nacional de Chile (LAN), Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) y, por supuesto, Compañía Chilena de Electricidad (Chilectra).
Se privatizaron a precio huevo (del huevo de antes sí, cuando estaba barato), y obviamente, todos los beneficiados fueron de la tendencia política que promovió, avaló y sustentó la dictadura.
Pero debemos ser honestos: al "retorno" de la democracia, la izquierda fue cómplice en perpetuar y acentuar aún más estas privatizaciones, dándoles más atribuciones para hacer y deshacer en cobros, servicios y prestaciones deficientes. Se privatizó la salud y nos robaron; se privatizaron las carreteras y nos cobran a destajo; se privatizaron las jubilaciones y nos estafaron; compraron los medios y nos mienten; se privatizó la energía eléctrica y medio país quedó a oscuras.
Hay un sector que sigue abogando por un Estado más pequeño (claro, de esa manera tienen menos control y más bienes y servicios para hacerse de sus fortunas a costa del pueblo), pero cuando los privados fallan, salen a rasgarse vestiduras para que el Estado se haga cargo. Ese mismo sector es el que siempre dice que el Estado lo hace mal y que, por ello, no puede estar a cargo de "empresas" y mucho menos participar en el mercado. Entonces, en el caso específico de la electricidad, se privatiza y se concesiona a un privado. Pero este privado (en el caso de Enel) es una empresa italiana, cuyo mayor accionista es el Estado Italiano… ¡Plop!
Es verdad que el Estado no puede hacerse cargo de todo. Es verdad que debe haber espacio suficiente para que los privados puedan desarrollar sus negocios. Pero Chile se ha convertido en un "meme" en donde el descaro de un sector, sustentado en la ignorancia y desidia de un pueblo cada vez menos responsable con su deber cívico, les vuelve a dar su voto una y otra vez, como si con ello existiese la posibilidad de alguna vez perecer a esta casta privilegiada. Y no caen en cuenta de que son solo "masa influenciable", como dijo Eliodoro Matte Larraín… sí, el mismo.