Osorno enfrenta una crisis de urbanismo y de viviendas agravada por la poca oferta de suelo urbanizado y la escasez de proyectos aprobados. Hay cerca de 4.000 familias y allegados viviendo en campamentos, esperando la casa propia prometida por los distintos gobiernos. Y hay otras 1.000 familias que esperan viviendas con subsidio de clase media. O sea, hay que construir en Osorno 5.000 viviendas solo para cumplir con el déficit actual. Tremendísima pega y un gran impacto en la ciudad y su sistema vial. ¿Cómo hacerlas?. Si hacemos casitas aisladas, con antejardín y patio, podríamos llegar construyendo hasta Puaucho por el oeste y hasta Entre Lagos por el este. Lo lógico sería diseñar urbanizaciones de alta densidad, construyendo viviendas continuas, pareadas, departamentos en media altura y en altura, un mix de proyectos para todos los niveles sociales en sectores de la ciudad donde exista suelo y condiciones de urbanización. ¿Por qué no se hace?
Los privados intentan habilitar terrenos urbanizables donde es posible construir un centenar de viviendas; además de la demora en los permisos, sufren paralizaciones en las faenas producto de denuncias de ambientalistas. Como la autoridad municipal no tiene un marco normativo para definir las zonas en conflicto ambiental, los proyectos se atrasan meses, se judicializan y finalmente en su mayoría se confirman, agregando a la inversión el inmenso costo de estar parados. Las denuncias ambientales son acogidas de inmediato en las cortes, con o sin culpa de las inmobiliarias que construyen, en cambio, las familias no tienen derecho a denunciar que viven de forma marginal.
El Ministerio de Vivienda (Minvu), el Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu) y la Municipalidad de Osorno poseen terrenos dentro del límite urbano, aptos para construir viviendas sociales, sólo deben cambiar el uso de suelo permitido en el plano regulador vigente. Quienes ejecutan y aprueban este trámite son ellos mismos y por años ha sido imposible que coordinen sus instructivos ministeriales para ponerse de acuerdo
Para construir 5.000 viviendas se requerirán nuevas vías estructurantes, calles, puentes, pasadas bajo nivel, servicios de agua, luz y alcantarillado, etcétera; o sea, urbanismo y planificación urbana. Esta tarea es de exclusiva responsabilidad de nuestro municipio y se mantiene estancada después de varias administraciones.
A pesar de numerosos intentos y un gran costo económico, no han podido cambiar o actualizar el plano regulador vigente y diseñado en 1986. El instrumento pronto cumplirá 40 años, la ciudad crece en actividad y gente, los sistemas viales se saturan, hay conflictos y congestión creciente. Si los urbanistas no actúan ahora y no se hacen los cambios necesarios, será inevitable el deterioro en la calidad de vida de los osorninos.