Se abre la temporada de ofertas electorales. Con las primarias del próximo 9 de junio se inician los fuegos que se avivarán potentemente con miras a la próxima megaelección de alcaldes, concejales, consejeros y gobernadores regionales y culminarán con la futura parlamentaria y presidencial de 2025. Las promesas de campaña estarán a la orden del día y como es habitual seremos inundados con cantos de sirena prometiendo el paraíso en la tierra.

Allá usted si quiere esperar que ahora sí se instaurará el "transporte público con tarifa cero y sin emisiones".

Es cosa suya si cree que se "perseguirá la corrupción pública y privada de manera implacable".

Usted puede confiar en que "se pagará la deuda histórica de los profesores" o que "se condonarán universalmente las deudas estudiantiles".

Nada le impide pensar que "se pondrá fin al cuoteo y uso político de la administración pública" o que "el sueldo máximo del presidente de la república será de $5.000.000.- "

Si usted lo desea, puede esperar que "el 80% de los cargos directivos del Sistema de Empresas Públicas sean ocupados por mujeres".

O por qué no, que se "duplique el horario de atención de los servicios públicos".

Todo lo anterior y mucho más estuvo escrito en alguno de los programas presidenciales de los siete candidatos que compitieron en 2021. Sus documentos en conjunto sumaban 772 páginas de iniciativas, propuestas y compromisos.

¿Cuánto de eso es posible de realizar? Da lo mismo, porque el juego es prometer. No cumplir. Una vez elegidos, comienzan las explicaciones. Siempre hay alguna circunstancia de la que echar mano para zafar. Somos una ciudadanía que no audita, no controla y no se informa ¿Cuánto de esta crisis es culpa de nuestra pasividad? ¿Por qué cambiar de estrategia si la fórmula les resulta? Los ofrecimientos irán escalando como en una espiral infinita porque la cosa es poner en la mesa más que el otro.

Es cosa suya si sigue eligiendo a quienes dicen lo que usted quiere escuchar, aunque sean promesas irrealizables, o, por el contrario, escoge a personas serias que conocen de sus materias, aunque sean menos estridentes o populares. Puede seguir compungido viendo cómo se perpetúan las promesas incumplidas o darse la oportunidad de superar el populismo. Allá Usted.