El 11 de marzo de 2011, el nuevo puente San Pedro fue abierto al público. Terminaban así 13 años de polémicas y luchas ciudadanas suscitadas desde que en 1998 fueron detectadas fallas estructurales en el antiguo viaducto que unía Ramírez y República.
A 13 años del obligado corte de esta conectividad, la calle Ramírez parece una ciudad abandonada en los alrededores del antiguo puente y por ello vale la pena detenerse en el simbolismo que representa aquello.
Estamos hablando del lugar donde se ubicó el fuerte Reina Luisa y donde actualmente se encuentra su recreación y la Sala Patrimonial del mismo nombre. No sólo eso, a pocos metros de allí está la desembocadura del Damas en el Rahue, sitio donde entre el 8 y 11 de septiembre de 1793 se llevó a cabo el Parlamento de Las Canoas, que dio paso a un tratado de paz entre las autoridades coloniales españolas de la Gobernación de Chile y los principales líderes del pueblo huilliche de la zona, en un cónclave que fue el corolario de al menos otros dos parlamentos importantes realizados en Río Bueno, en 1789, que permitió la apertura del Camino Real, y el de agosto de 1793, en Quilacahuín.
Sin el Parlamento de las Canoas, Osorno no habría sido refundado en 1796. El abandono de ese sector, por lo tanto, simboliza algo más profundo: el desprecio absoluto por nuestras propias raíces y la falta de visión estratégica sobre la importancia de poner en valor espacios patrimoniales que, en este caso específico, cuenta una rica historia de diálogo y encuentro.
Plantear el redescubrimiento del centro neurálgico que se extiende desde el antiguo Puente hasta Portales y las riberas de los ríos, constituye un imperativo para el cual se pueden tomar como ejemplo lo realizado en la ciudad de Hamilton, Nueva Zelanda, a través del Museo de Waikato, entendido como un área donde la historia de ese país oceánico ha encontrado un relato común.
Hasta ahora, son muchas las ideas sueltas que se han dado sobre ese sector y en diciembre de 2011 se comprometió el desarrollo de un proyecto integral que nunca llegó. En el intertanto, hay quienes han planteado la alternativa de recuperar ese viejo viaducto para el tránsito vehicular. Lo único cierto, es que cualquiera de estas ideas no pueden soslayar la importancia histórica de este lugar, ni la urgencia de dar vida a un solo gran proyecto convocante en torno a él. En tiempo de elecciones, es un buen momento para escuchar propuestas específicas sobre temas relevantes como este.