Las encuestas indican que la delincuencia es la principal preocupación de los ciudadanos. La victimización ha aumentado, y pese a los esfuerzos que realizan los organismos que tienen que ver con la prevención y el control, no hay logros significativos.

El sondeo Plaza Pública, que realiza la empresa de estudios de opinión Cadem, correspondiente a la cuarta semana de enero, indicó que un 83% de los consultados considera que la delincuencia ha aumentado durante los últimos tres meses en el país. Asimismo, reveló que el 76% de los chilenos siente temor de ser víctima de un delito.

Existe en la ciudadanía la percepción de que todos los esfuerzos que realizan las policías, los organismos de gobierno y la colaboración de los municipios, para hacer frente a la delincuencia, se esfuman cuando se pone en funcionamiento la llamada "puerta giratoria", que permite a los delincuentes salir impunes y sentirse más seguros para continuar atacando. A su vez, éstos tienen conciencia de que la nueva justicia fue hecha garantizando más los derechos de los victimarios que los de las víctimas.

No hay que olvidar que las cifras oficiales que manejan las autoridades se fundamentan en las denuncias que realizan las víctimas, y es claro que la gente está cansada de denunciar porque no ve resultados. En el mejor de los casos, cuando los autores son detenidos por las policías, salen libres para volver a la misma rutina o a tomar venganza contra las víctimas. En consecuencia, en este tema hay una "cifra negra" que no recogen las encuestas, de manera que es probable que este problema de la gran cantidad de delitos sea más acentuado de lo que se estima. Mientras tanto, la "puerta giratoria" de la justicia sigue funcionando sin parar.

La noticia de la muerte del ex presidente Sebastián Piñera impactó y se amplificó con el rol que asumieron los medios de comunicación. Otra cosa fue el duelo nacional y el funeral de Estado pues la ritualidad de este acontecimiento generó expectativas que corrieron con colores propios y, en paralelo a todo lo que ocurría con la figura del gobernante fallecido, los matinales comparaban estos protocolos con los protocolos de las monarquías europeas. Rápidamente, aparecieron los expertos en etiqueta y ceremonias de este tipo.

También, en su propio carril, corría la expectación sobre que fuese el presidente Boric, quien generacionalmente había sido opositor al exmandatario, el que debiese oficiar la solemne jornada. Por ello, su discurso fue esperado y transmitido por cadena nacional y lo que allí se dijo dio pie a que irrumpiera en el discurso público el concepto negacionismo, pues el presidente Boric minimizó las querellas interpuestas en contra de Sebastián Piñera por las violaciones a los D.D.H.H producidas desde octubre 2019.

El negacionismo es entendido como la actitud de negar la realidad, incluso cuando esta puede ser empíricamente demostrable. En estos tiempos, el concepto se hace presente en diferentes instancias y áreas del quehacer humano; el negacionismo científico, por ejemplo, niega la existencia de un cambio climático.

Otro ejemplo es Argentina, donde el actual Presidente Milei y su gobierno también han sido acusados de negacionismo pues han negado la cifra histórica y oficial de 30.000 desaparecidos en la dictadura de aquel país.

Por último, en nuestra propia historia reciente, y a propósito de los 50 años del Golpe de Estado, el negacionismo también ha sido una corriente que ha encontrado espacios en universidades y medios de comunicación.

Los discursos negacionistas, independiente del apellido y la situación, generan problemas de convivencia y confianza tanto en la sociedad como sobre las instituciones e impactan en las políticas públicas; además, abren el debate sobre la democracia y las libertades individuales y el rol de los medios de comunicación.

A dos semanas de iniciarse el año escolar, parece ser que tomar el concepto negacionismo es una posibilidad para iniciar cualquier clase ya sea de Educación Ciudadana, Historia, Lenguaje o Cs. Naturales, pues sus raíces y alcances son multidimensionales y los programas prescritos por el Mineduc deben nutrirse y alimentarse de la contingencia.

En este caso, las y los jóvenes tienen mucho que aportar ya que su cotidianidad en las redes sociales está llena de inmediatez, verdades y post verdades. Buscar el co-protagonismo de ellos para ir fortaleciendo el pensamiento reflexivo y divergente es un desafío imperioso.