Yo miento, tú mientes, ellos mienten... Para que estamos con cuentos, desde que la serpiente del paraíso dijo a Eva lo que todos sabemos y luego Caín, cara de palo, contestó al Señor que no tenía idea dónde estaba su hermano Abel, nuestra suerte estaba echada. Millones de años después seguimos igual pascual. Ni las tablas de Moisés ni la venida de Jesús han logrado que obedezcamos el octavo mandamiento: no mentir. Por supuesto, algunos mienten más que otros, la historia ha sido testigo de cambios basados en grandes mentiras: La conquista de América, la liberté/égalité/ fraternité, el marxismo o democracia en China, son algunos ejemplos contemporáneos de mentir.
Hoy, siguiendo esta costumbre, las actuales autoridades políticas disfrazan la ambición propia de justicia social o el robo fiscal de fundaciones. Aún más, los gobiernos de países donde matan y mienten son reconocidos por el resto de los Estados que no escatiman esfuerzo en hacer negocios con ellos.
En fin ¿y a pito de qué pobre resumen histérico, salpicado de verdades neuróticas con ínfulas de sermón escatológico?.
A pito del siguiente refrán: "La mentira corre cien años, pero la verdad la pilla en un segundo".
Dos ejemplos: "país democrático, no se violan los Derechos Humanos, sus ciudadanos tienen la oportunidad de pensar, elegir y progresar, y son libres de entrar y salir de su país".". Y aunque hoy la izquierda asume la dictadura en Cuba, algunas parlamentarias y autoridades deliran fotografiándose al lado de "los Ortega". Sin embargo, toda esa palabrería que por años inundó los discursos de ese sector de la política chilena, se derrumbó cuando ocho atletas cubanos participantes en los Juegos Panamericanos, sede Chile, pidieron asilo aquí, no en Venezuela o Nicaragua.
Segundo: Caso Fundaciones; los chilenos hemos sido testigos de uno de los robos más grandes de nuestra historia y desde la primera autoridad hasta el último funcionario, todos mintiendo sin vergüenza. Y peor, son los mismos que hoy patalean por conservar la Constitución de Ricardo Lagos cuando hace seis meses, era la de Pinochet...
¿Y? Y lo estamos comprobando, la verdad pillando a la mentira, pero parece que sirve para nada… ¿o sí?