El cáncer de mama es una de las principales preocupaciones de salud a nivel mundial, por lo que su detección temprana y tratamiento adecuado son fundamentales para mejorar las tasas de supervivencia. En este contexto, la matronería juega un papel crucial en la prevención, promoción, detección y apoyo a las usuarias, y también usuarios, con cáncer de mama.

El cáncer de mama es la primera causa de muerte en mujeres chilenas y a su vez, es también la enfermedad más incidente. Es importante mencionar que el 5% de los cánceres de mama en Chile corresponde a hombres.

En nuestro país, según la académica en Obstetricia de la U. Andrés Bello, sede Concepción, Romina Bustos, la matronería desempeña un rol esencial en la promoción de la salud de las mujeres y en la detección temprana del cáncer de mama. Las matronas se involucran en la educación sobre la importancia de la autoexploración mamaria y la realización a tiempo de la mamografía - ecografía mamaria. Además, brindan apoyo emocional y asesoramiento a las pacientes que enfrentan la incertidumbre y el miedo que rodea a esta afección.

A pesar de los avances del área en la lucha contra el cáncer de mama, aún existen desafíos por cumplir. El acceso a los servicios de salud es desigual, lo que limita la capacidad de las matronas para llegar a todas las mujeres en riesgo.

Es importante la detección temprana, el apoyo a las afectadas y el compromiso en la lucha contra esta enfermedad que afecta a tantas mujeres en todo el mundo.

El pasado lunes 16 se celebró el Día Mundial de la Alimentación. Desde FAO se organizaron diferentes campañas y actividades para concientizar sobre la sustentabildad del planeta, y la necesidad de contar con suficientes alimentos, en cantidad y calidad, para la población del planeta. Sin duda tras la pandemia, el tema de provisión de alimentos en Chile, su impacto sobre el medio ambiente y la accesibilidad de los alimentos se ha vuelto un tema actual y discutido. Sin embargo, la conversación realmente es más amplia, involucra el desarrollo rural, y en particular, a las personas. Sin agricultores realmente no se puede producir alimentos.

De acuerdo a FAO, en la actualidad, el 75% de la población pobre de los países en desarrollo vive en las zonas rurales. En Chile la ruralidad alcanza el 25% de la población y un 80% del territorio.

Para quienes trabajamos en el área ganadera y agrícola, los problemas de la ruralidad son analizados, pero con una dificultad de ser visibilizados en su real magnitud. Es lo que en filosofía se conoce como la presentación "del rostro". Es claro que desde el mundo urbano no resulta fácil no obvio comprender la complejidad de producir alimentos; a muchos les cuesta "ver" el rostro de la ruralidad. Ello lleva a la frustración de no poder materializar una nueva etapa de desarrollo ni de relación a nivel social… el rostro por ende muere. Podemos decir que la migración campo-ciudad en parte refleja esta imposibilidad de un productor que, frustrado por no poder satisfacer sus necesidades familiares a partir del trabajo en el campo, vende el terreno para ir a la ciudad.

Para FAO, la ruralidad tiene una importancia enorme para mitigar la pobreza. Entre algunos ejemplos citamos: 1.- El crecimiento de las zonas rurales reduce la pobreza en éstas y en las zonas urbanas, mientras que el crecimiento urbano sólo mitiga la pobreza en las zonas urbanas. 2.-El crecimiento de la producción de las pequeñas explotaciones agrícolas reduce el número de personas pobres y alivia la gravedad de su situación: el consumo de las personas más pobres puede aumentar.3.- En los países en los que los desequilibrios de los ingresos son pequeños, el incremento de la productividad laboral agrícola tiene continuamente un impacto más grande sobre ingresos que otros sectores.

Por ello, el foco en políticas públicas para incentivar la producción de alimentos es tan crucial. Queda un gran camino por recorrer en el ámbito alimentario. Pero con seguridad es más fácil si se avanza en conjunto, entidades públicas y privadas. Chile es un país hermoso, estamos a tiempo de mejorar aspectos de nuestro mundo rural y elevar las condiciones de vida. Porque el trabajo de un agricultor es esencial para el desarrollo del país.