Amelia Carvallo
Comediante y flamante anfitrión del streaming del reality Gran Hermano, el puentealtino Claudio Michaux sigue mostrando por todo Chile su stand up "Estoy creciendo" y puliendo en algunos bares de provincia su próximo monólogo.
Compañero de generación de Diego Urrutia, Kako a Media y Lucho Miranda, por nombrar algunos, estudió comunicación audiovisual y fotografía, estuvo en el festival de Olmué en 2020 y ganó "La huincha" en 2019, la extinta competencia entre humoristas de TVN. Tiene un canal de YouTube y de Twitch, donde se reúne la comunidad de Los Queses. Ahí habla de programas de televisión pasados e invita a diversos famosos, y ahora lo vemos en el rol de host digital de Gran Hermano, de Chilevisión, comandando el chat que comenta en vivo los avatares dentro de la Casa Estudio. Además, es quien invita al más reciente eliminado a desmenuzar los últimos dramas del encierro que ya completa cuatro meses.
-¿Cómo eras de niño?
-Pucha, de niño siempre fui chistoso la verdad, o sea más que chistoso como tal, era bien payasito, era bueno pa' tratar de hacer reír al resto, pa' andar tirando la talla. Mi manera de encajar siempre fue ser el chistoso porque no era tan bueno para los deportes y no era muy mateo tampoco, entonces tenía que encajar de alguna manera y el humor era mi lugar.
Dice que veía harto lo que hacía Lucas Espinoza, su canal Proyecto Lupa y que lo que más le gustó de estudiar fotografía fue hacer fotos en matrimonio.
-¿Cómo empezaste a subir a escenarios?
-En Puente Alto teníamos un "open mic" en un bar muy malo que ya cerró (risas). Dos años no me pagaron nada, yo era garzón en el día y en la noche de los miércoles hacíamos stand up. Invitaba a la gente que iba a comer en el día pero nadie fue jamás. Nos pagaban 250 pesos por cada persona que estaba en el bar, todo muy precario, después nos fuimos a bares de Santiago, el Excéntrico que ahora se llama Pulento Vasco, queda en Santa Isabel.
Youtube y twitch
Michaux cuenta que desde el colegio hace videos que sube a YouTube y que a Twitch se sumó en tiempos de pandemia. "Me quedé sin shows y lo más parecido a la sensación del stand up que encontré fue Twitch, porque era una interacción inmediata. En YouTube no es inmediata porque suben los videos y la gente te va comentando después, a los minutos, horas, días, meses, no sé. La gente que había en el chat de Twitch, que eran diez personas, ocho, 15, llegaban e iban comentando al tiro y eso me gustó mucho, ponían ahí sus jajajás, sus cosas y esa plataforma me encantó", explica.
Dice que a las plataformas llega todo tipo de público y que un buen streamer es constante. "Trabajo pese a todo, con buen ánimo, con mal ánimo, no importa si tengo un mal día, si el otro también tiene un mal día y está triste y requiere de mi trabajo para mejorar su día, allí estoy", enfatiza Michaux.
Sobre su actual rol en Gran Hermano dice que no tuvo dudas cuando se lo ofrecieron y que la experiencia de trabajar en un canal de televisión abierta ha sido buena. Su manejo del chat lo tiene feliz. "El chat es genial, es una comunidad, un grupo de personas que están viendo el programa al mismo tiempo, es como un living gigante con mil amigos viendo el programa al mismo tiempo y comentándolo", aclara.
-¿Cuál ha sido el mejor entrevistado de los eliminados?
-Mira, no lo sé, yo lo pasé muy bien con Benjamín, que fue el primer eliminado. Era un muy buen tipo, un buen sujeto que no alcanzamos a conocer bien porque solo estuvo una semana en la casa de Gran Hermano pero yo lo pasé muy bien con él, después conversé, nos hemos escrito un par de veces, todo muy breve obviamente, no somos grandes amigos, pero me cae muy bien.
-¿Y qué dices de las críticas que te hacen en el chat?
-Pero es que hay muchos comentarios, son literal miles de personas comentando todo el tiempo, entonces siempre va a haber gente que no le guste el contenido, o no le guste mi participación, y está bien igual, pero eso no cambia nada, me refiero a que no cambia mucho. Quizás la formación de comediante me hace sobrellevar bien que la gente tiene gustos distintos. En un bar, por ejemplo, si a alguien no le gusta la rutina, está bien po, yo la tengo que seguir haciendo. Con la formación de comediante uno entiende que hay gente de todo tipo, "para gustos, colores", como dice el dicho, y está bien.
-¿Te parece que las audiencias de Gran Hermano han levantado un fenómeno que va más allá de lo televisivo?
-Sí, totalmente, pero lo diferente de este reality es que antes no había redes sociales con el uso que hay ahora, eso cambia mucho el panorama de cómo funcionan y lo hace muy interesante. Hay que entender que el contenido es también pasional y eso para la gente significa darlo todo, son seis meses de reality, es como un partido de fútbol largo y no van a dejar de ser pasionales Yo lo entiendo y por eso lo llevo bien, la verdad, porque el punto es no centrarse ahí y entender que es un contenido de entretenimiento, no es un documental ni algo que busque cambiar las mentes.