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Ser humano
En los últimos días se ha debatido -y las opiniones han sido encontradas- a propósito de la eliminación de la norma que prescribía que "todo ser humano es persona". Desde un lado se ha sostenido que esta disposición podría derogar tácitamente la ley que posibilita la interrupción del embarazo en tres casos y que ello implicaría un retroceso, lo que, por cierto, se calificó de negativo. Del otro, se argumenta que si el ser humano en gestación no es persona, ¿qué es? A éstos, aquéllos responden: "es un embrión". ¿Un embrión de qué?, es la contrapregunta.
Teniendo presente que es deseable que contemos con un texto constitucional con el cual podamos estar de acuerdo una gran mayoría de los chilenos (no digo que nos entusiasme, sino que nos comprometa), ¿no sería mejor haber establecido una norma que señalara lo siguiente?:
"La Constitución asegura a todas las personas: El derecho a la vida. La ley protege la vida de quien está por nacer. La interrupción del embarazo sólo será posible en los tres casos que establece la ley". Suena razonable.
No obstante, el Consejo aprobó una norma parcialmente distinta a las enunciadas más arriba y casi igual a la vigente: "La Constitución asegura a todas las personas: El derecho a la vida. La ley protege la vida de quien está por nacer".
En rigor, se cambió "que está por nacer" por "quien está por nacer". ¿Significa esto alguna modificación efectiva?. A mi juicio no. El "que está por nacer" es un ser humano. "Quien está por nacer" es también un ser humano. De esta forma, la ley que autoriza la interrupción del embarazo en tres casos seguirá siendo constitucional. Conviene recordar que hace poco más de un año la inmensa mayoría de los ciudadanos rechazamos una propuesta constitucional que amparaba la posibilidad del denominado "aborto libre". Mientras tanto, pasan los viejos estandartes. Jorge Eduardo Vives Dibarrart
Convsersando se salvan vidas
Según la última Encuesta Nacional de Salud del Ministerio de Salud, en Chile el 10,7% de la población dice haber pensado seriamente en el suicidio alguna vez en su vida; el 3,9% indica haber hecho un plan para lograrlo y un 4% refiere que en algún momento lo intentó.
Por lo anterior, es muy importante reflexionar sobre la importancia de la salud mental en nuestro país. Urge generar un mayor número de espacios en los que surjan conversaciones de calidad sobre este tema, en beneficio de quienes padecen alguna enfermedad de salud mental, para superar estos desafíos de la mejor manera posible: conversando.
A primeras luces conversar puede parecer una ayuda básica, pero lo cierto es que la Terapia Conversacional tiene evidencia de ser una herramienta efectiva, comparable al uso de fármacos, para combatir problemas de ansiedad o depresión.
Este modelo de atención -la Terapia Conversacional- se ha posicionado con éxito en Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda y Australia, entre otros países. En Chile está disponible online. Un buen ejemplo es el fono *4141, la línea gratuita de Prevención del Suicidio del Ministerio de Salud. En sus primeros 8 meses de funcionamiento ya ha atendido más de 25.000 llamadas, con un promedio de 3.700 llamadas mensuales, y a la fecha, han sido derivados 6.692 casos a la atención primaria (un 26%), para que puedan ingresar a tratamiento a la brevedad posible.
Si bien necesitamos muchas medidas para mejorar los problemas de salud mental de los chilenos, el primer paso es un cambio cultural destinado a lograr que la salud mental deje de ser un tema tabú, para que las personas puedan conversar libremente de sus problemas y pedir ayuda en caso de necesitarlo.
Debemos ser capaces de aportar con nuestro granito de arena y abrir espacios de conversación sincera instalando el tema sobre la mesa con nuestras familias, amigos y compañeros de trabajo. Es muy importante que consideremos nuestra Salud Mental a la misma altura de nuestra salud física, y que como sociedad (personas e instituciones públicas y privadas) logremos instalar un debate abierto, que vaya en beneficio de todos quienes hoy en día están siendo aquejados por algún problema de salud mental.
Recordemos siempre que "Conversar de Salud Mental" puede salvar vidas.
Claudia Barrera, médico siquiatra
Corrupción y Estado
A raíz del llamado Caso Convenios, que por cierto merece todo nuestro repudio, se ha generado una ola de críticas que apuntan al tamaño del Estado y los recursos que maneja. La pregunta que surge luego de este amargo evento es: ¿Debemos reducir el Estado o hemos de fortalecerlo?
Dicho esto a través de un ejemplo. ¿Debemos reducir a Carabineros o disminuir los servicios de salud pública por los casos de fraude que se detecten en ellos, o necesitamos fortalecerlos, tal como lo piden a diario las personas? Reducir el Estado significa externalizar la función pública en más fundaciones o empresas. Reducir el Estado significa tener menos mecanismos internos y externos de control de legalidad de la actuación pública.
Al igual que los problemas de la democracia, que se resuelven con más y mejor democracia y no con autocracias o regímenes totalitarios, los problemas de corrupción en el Estado se solucionan con más y mejor Estado, y no privatizando algo que por esencia es público, esto es, precisamente, el ejercicio de la función pública. Como dijo Benjamin Richard Parker a Peter Parker (Spider-Man): "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad". Para que el Estado sea responsable, necesita telarañas fuertes y sólidas que le permitan luchar contra la corrupción, no empequeñecerse y dejar de cumplir su función esencial que consiste en satisfacer las necesidades básicas de las personas.
Marcelo Santibáñez Prado