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"Nos afectará bastante, porque el ganado menor argentino -caprinos, ovinos- es subvencionado en su etapa de crecimiento y para ellos los costos asociados a la crianza son bajos, en comparación a la realidad nuestra, que no recibimos ninguna subvención del Estado. Nosotros asumimos los costos, en fertilizar la pradera, darles suplemento a los animales e inyecciones sanitarias. El otro problema que tiene Argentina es que nunca está libre de fiebre aftosa y esa es la que precisamente le da a los animales de doble uña, a los ovinos", indicó.
El productor se mostró muy preocupado al no tener certezas sobre en qué condiciones vendrán los animales que llegarán a Chile.
"Estamos muy preocupados, porque nos afectará bastante, ya que la competitividad es muy alta, no tenemos mataderos en la región y hay que pensar que a esos animales los traen vivos. Tampoco sabemos qué metodología de crecimiento, desparasitación, nos vamos a saber nada, tampoco qué alimentos les dan para el engorde, porque allá los engordan con pellet y eso está manipulado por las empresas y aquí prácticamente es puro pastoreo, recién en el invierno los suplementamos con avena de grano", sentenció.
Competencia dispar
La médico veterinario especialista en ovinos, Claudia Letelier, explicó que el mensaje señala que en primera instancia se introducirán animales para el mercado de la carne, para luego abrir los canales para introducir genética.
"Eso tiene una lectura, por el lado de la introducción de genética en Chile, que competirá con los esfuerzos que han hecho los agricultores por introducir genética, en el sentido que producen animales de reproducción para el resto de Chile. Y lo otro, desde el punto de vista de que ingresen animales para ser faenados en Chile, va a competir con las dificultades que tiene el pequeño productor chileno para vender sus productos, porque además usan canales informales; cada vez más la tendencia apunta a circuitos cortos, privilegiando a nuestros productores, no obstante, ingresará a través de las grandes cadenas un producto formal, probablemente a menor precio y que no sabemos de su calidad", indicó la experta.
Falta de apoyo
Desde la Corporación de la Carne, el presidente de la entidad, Sergio Willer, indicó que el tema nació del interés de productores de la zona sur de Argentina, para fomentar el intercambio comercial, por lo que las autoridades de ese país hacen grandes esfuerzos para materializar esta petición.
"Desde nuestra óptica, en Chile hemos avanzado con Argentina, al permitir el ingreso de animales de pedigree, lo cual ha sido una instancia de interés para el sur-austral del país. Sin embargo, en términos de animales de producción deben considerarse otras variables de carácter sanitario, productivo y social. No hay un apoyo masivo a este tipo de intercambio comercial".
Respuesta del SAG
Al ser consultado por El Austral, el SAG informó que entre 2020 y 2023 Chile y Argentina han mantenido negociaciones para acordar los modelos de certificado zoosanitario para importar a Chile pequeños rumiantes para la faena y reproducción, lo que fue aprobado en agosto de este año.
Además, desde la entidad estatal aseguran que se establecen todos los requisitos para asegurar la sanidad zoosanitaria nacional, con cuarentenas de mínimo 15 días y deben ser de zonas libres de fiebre aftosa y brucelosis.
También aseguran haber comenzado una etapa de conversaciones con diferentes actores del rubro.
Una mesa de trabajo para exponer todas las aprehensiones que tienen, están pidiendo al gobierno los productores ovinos nacionales, ya que se sienten amenazados por esta importación.
2016 fue inscrita la raza Kunko, gracias al trabajo de Inia y la Asociación de Productores de Ovinos de San Juan de La Costa. Esta especie destaca por su carne magra de excelente calidad y sabor.
2020 comenzaron las conversaciones entre Argentina y Chile para la exportación hacia nuestro país de ganado ovino en pie, lo cual fue finalmente aceptado en agosto pasado.