Han xxxxLa educación emocional tiene su fundamento en un constructo denominado "Inteligencia Emocional" que floreció gracias al Dr. Daniel Goleman y se vincula con un conjunto de capacidades y habilidades por medio de las cuales las personas son capaces de percibir, identificar, regular y expresar sus emociones, al mismo tiempo que reconocer, interpretar y comprender las emociones de los demás.
En este sentido, estamos en condiciones de utilizar nuestras emociones y nuestra capacidad de razonamiento con el fin de establecer relaciones interpersonales que tengan un carácter esencialmente positivo, armónico y que benefician a todos los participantes de la relación.
El proceso de aprendizaje emocional tiene una serie de grandes ventajas: ayuda a las personas a gestionar de mejor forma las emociones propias y las de los demás, permite fijar y alcanzar objetivos realistas, facilita el acto de empatizar con quienes nos rodean al mismo tiempo que nos permite afrontar de manera exitosa los retos y decisiones que debemos tomar.
Cuando tenemos a una comunidad, a una sociedad o a un país entero que está dividido, polarizado y atrincherado en posturas irreconciliables acerca de un mismo hecho o evento, el primer paso para sacar a dicha sociedad de ese grave problema, es ponerse de acuerdo en torno a la siguiente y crucial pregunta: ¿están las partes en conflicto dispuestas a realizar un esfuerzo conjunto que permita superar, de una vez por todas, el dilema?
Si la respuesta es negativa, entonces no hay mucho que hacer. Pero si la respuesta fuera afirmativa, entonces tenemos una extraordinaria fórmula a disposición que ha sido estudiada, analizada y validada por numerosos expertos en la materia, a saber, la educación emocional.
En estas últimas décadas hemos aprendido a recordar y honrar a quienes han sido víctimas de atropellos, abusos y torturas, pero no hemos sido capaces de aunar voluntades para efectos de sanar, crecer y avanzar como país.
Es por esta razón que resulta relevante destacar la importancia de la educación emocional a todo nivel -social, político, educacional- como la única vía que nos puede conducir a la sanación del alma nacional y la búsqueda de un bien superior: el bien común.