Estudiantes en la mira: webinar abordó los grandes desafíos para su salud mental
CONSEJOS. En el marco de la campaña "Juntos por la Salud Mental", tres profesionales entregaron recomendaciones para propiciar el bienestar emocional de los jóvenes que se enfrentan a los retos académicos y propios de la edad.
Los datos arrojados por el Primer Diagnóstico Institucional en Salud Mental del Sistema de Educación Superior, desarrollado por Subsecretaría de Educación Superior y la Subsecretaría de Salud Pública en 2023, advierten que las consultas por salud mental en las instituciones de educación terciaria crecieron 22,2 puntos porcentuales entre los años 2018 (55,7%) y 2022 (77,9%).
Conceptos como ansiedad, depresión, angustia o insomnio, entre otros, son cada vez más recurrentes en la población joven de Chile, que incluye a buena parte de los estudiantes de enseñanza media y superior del país.
"La población juvenil ha pasado por muchos cambios perturbadores en el último tiempo: pasaron de la presencialidad a las clases online y muchas veces a una pérdida de la interacción social. Y esto ha hecho que hayamos descubierto muchos desafíos para investigar e intervenir en su salud mental", señala Hilda Beltrán, experta en Psicología Clínica Sistémica de Inacap Temuco y con una amplia experiencia en la educación superior.
Ponencias
Ella fue uno de los tres speakers del webinar "Cuidando tu Bienestar: Estrategias para afrontar el Estrés entre Estudiantes", que se desarrolló este jueves a través de la plataforma SoyTV como parte de la campaña "Juntos por la Salud Mental" y que fue conducido por la Directora del Diario Austral de Los Ríos, Verónica Moreno.
Según Hilda Beltrán, la salud mental se relaciona con el estado de bienestar físico, emocional y social y hay una serie de mecanismos y acciones que se puede abordar para mantenerla en un nivel adecuado: desde propiciar una comunicación abierta y escucha activa, hasta el fomento y desarrollo de la resiliencia, la adopción de rutinas saludables y el autocuidado.
Al mismo tiempo, enfatizó en la necesidad de que los jóvenes puedan diferenciar el estrés "bueno" y el "malo": el eustrés es un estrés positivo para nuestro organismo, que nos ayuda a encontrar la motivación, mejorar nuestra productividad y alcanzar nuestras metas; a diferencia del distrés, también conocido como estrés negativo, que hace percibir una situación como amenaza y con angustia, acompañado por síntomas psicofísicos como insomnio o dolor de cabeza.
"En el caso de los universitarios, el estrés se produce cuando los desafíos académicos sobrepasan las capacidades. Ante eso, el problema se debe abordar tanto a nivel personal como de la comunidad. El foco debe puesto en que las competencias se instalen en el estudiante, que el estudiante se conozca, identifique sus fortalezas y oportunidades de mejora, y asimismo identifique las redes de apoyo", agrega Sofia Castilla, jefa de carrera de Terapia Ocupacional de la Universidad Católica de Temuco, quien también fue parte del webinar.
Autocuidado
A su juicio, hay algunas herramientas que se pueden trabajar y que apuntan al equilibrio ocupacional, lo cual se refiere a los roles que cada uno tiene en sus distintos ámbitos y los tiempos que se asignan a las actividades. "Es clave en este sentido, el autocuidado, el descanso y sueño, el ocio y la participación social, lo que se materializa y consolida a través de hábitos, rutinas y la definición de roles. Eso en el plano individual", plantea, agregando que en el plano de la comunidad, es preponderante concientizar a la familia sobre esta etapa de la vida del estudiante, lo que implica además identificar las redes de apoyo institucionales y las externas a nivel académico y socioemocional.
Desde su perspectiva, en tanto, Claudio Coronado, docente en cátedras relacionadas con psicología clínica y filosofía en la USS sede Valdivia, remarca la relevancia de generar conciencia acerca de la salud mental. Y específicamente para los jóvenes, tomar conciencia de la llamada regulación emocional.
En efecto, la regulación emocional es la capacidad que tiene una persona sobre la gestión de sus emociones, pensamientos y, por consiguiente, acciones. Y aunque el dominio que cada uno tenga sobre ella dependerá de múltiples factores, los expertos dicen que se trata de una habilidad que puede aprenderse y que es importante para construir relaciones interpersonales saludables y además tener un bienestar mental, sobre todo en la juventud.
En ese sentido, Coronado entrega algunos consejos: 4 pasos para lograr o mejorar la regulación emocional. "Lo primero es ponerle nombre a nuestras emociones, pues si lo puedes nombrar lo puedes domar; lo segundo es distinguir el gatillante de lo que estamos sintiendo; en tercer lugar, saber expresar lo que sentimos de forma asertiva, idealmente; y por último aprender a lidiar con nuestros propios recursos, pues no hay una receta única", sostiene.