La educación atraviesa una de sus crisis más profundas, con retrasos en el aprendizaje y deserción escolar. Una de las principales alertas es la tasa de inasistencia de los alumnos. Un estudio del centro Libertad y Desarrollo dijo que en 2022 la asistencia promedió 84,6%, una cifra menor al 90,4% que se registraba en 2018, antes de la emergencia sanitaria, o a la de marzo de 2019, que superaba el 92%. La más afectada es la enseñanza preescolar, que registra una asistencia de sólo 77,4%.

También el informe indicó que el año 2022 hubo un 37,3% de estudiantes con "inasistencia crónica", lo que se traduce en más de 1,1 millones de alumnos que no concurren a clases en forma regular. Si se considera que el requisito para pasar de curso es tener un 85% de asistencia, de aplicarse la norma de manera estricta, quiere decir que casi cuatro de cada diez alumnos tendrían que haber repetido.

Las causas de la deserción escolar se deben observar al interior de las familias, ya que los padres deben tener un papel importante en la toma de decisiones respecto de la inasistencia a la escuela.

Según una encuesta realizada por la Fundación Educacional Presente a más de 4 mil estudiantes y 6 mil apoderados de establecimientos públicos y subvencionados, el 52% de los escolares y el 44% de los apoderados piensa que asistir a clases no influye en lo que niños y jóvenes quieren lograr en la vida. La deserción es un problema que siempre ha estado presente, pero que se agudizó con la pandemia y ahora es necesario reforzar el trabajo para evitar que los estudiantes sigan abandonando el sistema.

En un mundo cada vez más ocupado y lleno de distracciones, a menudo olvidamos algo fundamental: nuestra salud sexual. Aunque puede ser un tema incómodo de abordar, es esencial prestar atención a las conductas de autocuidado en este ámbito para garantizar una vida plena y saludable. La salud sexual no se trata solo de evitar enfermedades de transmisión sexual o embarazos no deseados; implica un cuidado integral de nuestro bienestar íntimo y emocional. Aquí hay algunas conductas de autocuidado que todos deberíamos considerar:

Educación Sexual: El conocimiento es poder. Aprender sobre la anatomía, la contracepción, las ITS y las relaciones saludables es crucial. La educación sexual nos permite tomar decisiones informadas y reducir riesgos.

Comunicación Abierta: Hablar de deseos, límites y preocupaciones con nuestra pareja es esencial. La comunicación abierta promueve la intimidad y la confianza, reduciendo malentendidos y conflictos.

Pruebas Regulares: Realizarse pruebas de ITS y exámenes ginecológicos o urológicos de rutina es una práctica de autocuidado. Detectar problemas a tiempo puede evitar complicaciones graves.

Planificación Familiar: Elegir el método anticonceptivo adecuado es crucial. Consultar con un profesional de la salud puede ayudar a encontrar la mejor opción según las necesidades personales.

Cuidado Emocional: La salud sexual no se trata solo de cuerpos; también involucra emociones. El autocuidado emocional incluye la gestión del estrés, la ansiedad y la atención a las necesidades afectivas.

Consentimiento y Respeto: El consentimiento es fundamental. Todos debemos entender que nadie debe sentirse presionado o forzado en una situación sexual. El respeto mutuo es la base de cualquier relación íntima.

Prevención de Enfermedades: El uso de preservativos es una de las formas más efectivas de prevenir ITS. Es importante recordar que no solo protegen contra embarazos no deseados, sino también contra infecciones.

Autopruebas: Hoy en día, existen kits de autoprueba para ITS como el VIH o la clamidia. Son una forma conveniente de monitorear nuestra salud sexual desde la privacidad de nuestro hogar.

En última instancia, el autocuidado en salud sexual no es egoísta, sino necesario. Es una inversión en nuestro bienestar y en la calidad de nuestras relaciones. Debemos superar los tabúes y las barreras que rodean este tema y fomentar una conversación abierta y educativa sobre la salud sexual. Recordemos que cuidar de nuestra salud sexual es cuidar del templo de la intimidad, y merecemos el máximo respeto y atención en este aspecto de nuestras vidas.