Correo
A 50 años de 1973
Cuando se cumplieron 30 y 40 años del golpe de 1973, el país estaba más unido que ahora, o si se quiere, con cierta visión común. Ahora, a los 50 años, hay más división y polarización. Todo lo que toca la izquierda, está claro, lo destruye.Antonio Silva
Controversia en Casen
A propósito de las críticas que han emergido en torno a las cifras reveladas por la encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) referentes a la evolución de la pobreza (medida por ingresos), comparto algunos comentarios con el ánimo de enriquecer el debate. En primer lugar, en economía contamos con diversos instrumentos para hacernos una idea de la evolución de la sociedad en distintas dimensiones, cada uno de los cuales tiene importantes limitaciones y dificultades en su implementación. Por ejemplo, en cuanto al costo de la vida, podemos decir que la canasta con la cual se construye el Índice de Precios al Consumidor (IPC), para medir la inflación, que es fija en el tiempo, falla, pues asume que las familias son inelásticas a la inflación y se mantienen consumiendo la misma canasta de bienes y servicios, sin importar qué ocurra con los precios de estos. Más aún, el costo de la vida es bien distinto en Arica que en Punta Arenas, sin embargo, la inflación es una sola, y se calcula a nivel país.
Respecto del Producto Interno Bruto (que intenta medir la capacidad de generación de ingresos de un país), sabemos que existe una parte importante de la economía que se mueve en la informalidad y, por lo tanto, no es capturada por las mediciones oficiales de actividad (subestimamos nuestra capacidad de producir bienes y servicios). Más aún, el PIB no considera otras características que son relevantes para determinar los ingresos y el bienestar de una sociedad como, por ejemplo, las externalidades de los procesos productivos y la salud mental de la población. Finalmente, en cuanto al desempleo, podemos decir que subestimamos fuertemente la incidencia de este flagelo en la población toda vez que los criterios para definir a una persona como "ocupada" no son muy exigentes.
También tenemos dificultades con la medición de la pobreza, sin embargo, como país hemos decidido ir un paso más allá de la simple lógica de los ingresos y hoy la medimos desde una perspectiva multidimensional. Por lo mismo, más que invalidar las herramientas limitadas con las que contamos (y seguiremos contando), y de la necesidad de estar constantemente revisando las metodologías empleadas, es importante poner en contexto la información que nos proveen los distintos instrumentos con que disponemos, sin perder de vista que llevar a cabo mediciones en esta ciencia social es, por lo bajo, muy complejo.
Rodrigo Montero, U. Autónoma de Chile
Riesgos del parto domiciliario
Si bien en nuestro país no existen cifras oficiales sobre el número de partos que se realizan en la casa, un informe reciente elaborado por Maternas, asociación gremial de matronas, estima que más de 1.000 mujeres tuvieron a sus bebés en el hogar, entre los años 2010 y 2022, con una tendencia al aumento en los últimos años. Esta cifra nos debe llamar a la reflexión y es inevitable que nos detengamos a considerar cuáles son los riesgos.
Hay evidencia que muestra que estos partos están asociados con menos intervenciones como episiotomías, anestesia epidural, partos instrumentales y cesáreas en comparación con los partos en hospitales. Sin embargo, tienen un mayor riesgo de resultados perinatales adversos evitables tanto para los casos considerados de bajo riesgo obstétrico como los de alto riesgo. Un estudio reciente en Estados Unidos demostró tasas 4 veces más altas de mortalidad neonatal en todos los partos planificados en el hogar. Estas mayores tasas se deberían a varios factores, como la falta de criterios estandarizados para excluir partos de alto riesgo de esta práctica y el hecho de que muchos de los equipos de salud que se dedican a los partos domiciliarios no tienen todas las competencias certificadas para atención de complicaciones obstétricas que puede ocurrir incluso en pacientes de bajo riesgo.
Es importante informar a las pacientes embarazadas interesadas en partos fuera del hospital sobre los mayores riesgos asociados como parte del proceso de consentimiento informado. Se debe brindar un fuerte apoyo a los partos en hospitales para todas las pacientes, especialmente aquellas con riesgos más altos, favoreciendo a su vez la autonomía y personalización del parto.
Los partos en centros de salud permiten contar con un equipo capacitado e instalaciones que están diseñadas para actuar a tiempo ante cualquier adversidad o complicación. Chile tiene tasas de mortalidad perinatal bajas comparables con países desarrollados. Es nuestra labor como profesionales de la salud seguir educando y transmitiendo la importancia de un parto seguro y protegido, privilegiando la salud y bienestar de la madre y su hijo. Sebastián Illanes, Clínica Universidad de los Andes
A cargo del trabajador
Desde la creación del sistema de capitalización individual, la propiedad y heredabilidad de las cotizaciones han estado blindadas debido a que la cotización previsional es a cargo del trabajador. Hoy, tras más de 40 años, la izquierda ha logrado posicionar que la cotización adicional debe ser a cargo del empleador, lo cual permite que esa cotización no sea de propiedad del trabajador ni heredable, e inclusive ser administrada por el Estado, a pesar de que es el trabajador el que termina pagando ese costo, con menor aumento de su sueldo en el tiempo.
Si la oposición quiere resguardar la propiedad y heredabilidad de la cotización adicional, lo que finalmente debe defender es que el aumento de cotización sea a cargo del trabajador, lo cual resguarda a la cotización adicional, tal cual como se ha logrado por más de 40 años con el 10% de cotización actual.
Eduardo Jerez Sanhueza