Cooperativismo como modelo de desarrollo local
Hace unos años observábamos a nivel empresarial una agresiva tendencia hacia una globalización comercial, generando mercados cada vez más exigentes y dependientes, buscando ventajas comparativas a nivel mundial, unificando no solo mercados sino también sociedades y culturas con una excesiva mirada economicista; quedando muchas veces los aspectos sociales y ambientales supeditados a un crecimiento necesario para los países en desarrollo, como nuestra nación.
La guerra comercial de EE.UU. y China, el Brexit, el aumento del proteccionismo, la pandemia y la invasión de Rusia a Ucrania han ido provocando una tendencia a la desglobalización, empujando a que organizaciones empresariales de distintos giros reconfiguren sus cadenas de producción y valor, priorizando proximidad de sus mercados de consumo, mayores garantías de sus suministros y abastecimiento por lugares donde exista estabilidad política, así como buenas prácticas sociales y ambientales, abandonando incluso mercados rentables por temas estratégicos y políticos.
Ante este escenario de incertidumbre, el modelo cooperativista, entendiéndolo como una forma organizacional de asociación voluntaria entre personas, con el fin de solucionar o satisfacer una necesidad no necesariamente económica, por medio de una empresa conjunta y de gestión democrática; nuevamente cobra valor como una fuerza empresarial histórica, que ha sido capaz de ser una alternativa real y comprobada, teniendo como gran valor agregado su vinculación social, territorial y cultural, que traspasan la mirada economicista: es decir, son intrínsecamente sostenibles socialmente.
A nivel local, el cooperativismo ha sido capaz de generar crecimiento y desarrollo en el tiempo, sorteando las inclemencias nacionales e internacionales, ayudando muchas veces a solucionar problemáticas y necesidades donde el Estado y el mundo privado no lo han logrado; por lo tanto, el cooperativismo ante esta nueva tendencia de reordenamiento internacional y sus efectos, no solo una vez más sobrevivirá, sino será parte de la solución productivamente.
Consciente del rol que puede significar este tipo de organizaciones a nivel local y nacional, así como el ya desarrollado en nuestra región durante los últimos años en los ámbitos agrícolas, eléctricos, financieros y de servicios, la Asociación de Cooperativas del Sur seguirá trabajando en el apoyo a la creación y consolidación de nuevas cooperativas, que eleven la calidad de vida de nuestro territorio.