Enfermedades cardiovasculares
Agosto, declarado Mes del Corazón, es la ocasión para enfatizar en la necesidad de los cuidados que requiere el órgano.
Cada año en el mundo fallecen poco más de 17 millones de personas debido a enfermedades cerebro o cardiovasculares, lo que habla de la importancia que tiene la atención oportuna de las causas de estos males. Por eso, agosto ha sido declarado como el Mes del Corazón, con el fin de que las personas se preocupen de su cuidado y de la prevención de las enfermedades asociadas a ese órgano.
El principal riesgo de la enfermedad cardiovascular es que usualmente no presenta síntomas y que los hábitos cada vez más sedentarios de las personas, así como la mala alimentación y estimulantes, adquieren relevancia en las causas de esas patologías.
Las enfermedades al corazón y al sistema circulatorio se han convertido en trastornos silenciosos, pero claramente mortales. Sólo en el caso de la hipertensión, uno de los principales factores de riesgo se presenta como uno de los desafíos de salud pública relevante del país y eje para programas que buscan evitar muertes prematuras, debido a su difícil diagnóstico y a la prevalencia creciente en la población.
En los últimos tres años, los sistemas de salud han debido preocuparse preferentemente de los contagios de covid y sus consecuencias, así como este año dominaron los virus respiratorios, pero quedaron en segundo plano las patologías de cáncer, enfermedades digestivas y neurológicas, entre otras.
Se estima que en Chile mueren 45 personas al día por estas causas. Según cifras del Ministerio de Salud, en el país estas enfermedades son la primera causa de muerte en hombres mayores de 35 años y en mujeres mayores de 50 años. A eso se agrega que el 60% de los chilenos presenta entre dos a cuatro factores de riesgo, como hipertensión, sobrepeso, colesterol y glicemia sobre los valores normales.
Es necesario crear conciencia en la población sobre las enfermedades cardiovasculares, sus causas, efectos y prevención. Los médicos destacan aspectos fundamentales para cuidar este órgano: una alimentación sana, actividad física adecuada y llevar una vida que controle el estrés y la presión arterial. Cada uno de estos puntos plantea desafíos en términos de salud y en políticas que ayuden a promover la vida sana.