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Matta y la Plazuela Yungay.
Una calle viva
En el tramo olvidado de la vía funcionaron en las décadas del '60, '70 y '80 recordadas tiendas como La Rosa, Niñolandia, Confesiones Antunes, Mundo Chic, entre otros locales que ya desaparecieron, dedicados a la sastrería, compra y venta de vehículos, cafés, restaurantes, entre otros.
Entre los que han seguido funcionando en el sector está el local Sacakini Menaje y Hogar, cuyo dueño Elías Sacakini (de 84 años) sigue trabajando activamente junto a su hijo Jorge para brindar atención personalizada a sus clientes tradicionales, como aquellos que se han ido sumando en estos más de 35 años de historia.
"Partimos trabajando hace muchos años, primero cerca del Cruce Lynch, donde había una cuadra completa con cinco o seis negocios del mismo estilo. Y como en esos años (década del ´70) no había grandes tiendas y ese tipo de cadenas, todos teníamos nuestra clientela. Después la ciudad comenzó a crecer y el centro que actualmente conocemos se construyó como tal. Ahí estuvimos un par de años con un local en la Galería Rombocol, en calle Ramírez, cuyo comercio estaba consolidado desde el mismo puente San Pedro (viejo) hasta la Plazuela Yungay. No había diferencias entre los tramos", recuerda el comerciante descendiente de sirios.
Recuerda que como buscaba tener un local propio para dejar de arrendar, se trasladó primero a una antigua casona ubicada en la esquina de Ramírez con Bulnes, para luego ubicarse en el local que hasta la actualidad es reconocido como Sacakini Menaje y Hogar.
"Esa casona fue consumida por un incendio y se construyó el edificio que existe hasta hoy, pero este sector ha cambiado mucho con el paso de los años y por distintos factores. Primero, muchos de los comerciantes que estaban acá fallecieron y sus herederos optaron por cerrar los locales para arrendar los inmuebles. Este proceso se terminó de concretar con el cierre del antiguo puente San Pedro, porque cuando estaba operativo por acá circulaba mucha gente, era probablemente el centro más importante de la comuna. Recordemos que hubo un tiempo donde Ramírez tenía el tránsito hacia el puente, después cambió a la dirección actual", relató el conocido comerciante.
Agregó que el cierre al tránsito vehicular del viejo puente, sumado a la construcción del mall en la plazuela Yungay, cambió la realidad de un tramo importante de Ramírez, desde Pedro de Valdivia hasta O'Higgins.
"Creo que aún somos un sector comercial y querido por la gente, pero deben hacer cambios para no terminar con el comercio que acá existe, hay que potenciarlo. En primer lugar, recuperar ese puente viejo es fundamental, crear algún tipo de centro que llame la atención, al igual que todo su entorno; segundo, hay que mejorar la iluminación y el estado de calles y veredas. No es posible tener lugares tan oscuros después de las 18 horas. También hay que evitar concentrar el comercio que no es de circulación masiva, como es el caso de los 'casinos populares', no viene nadie y acá tenemos como 8 juntos. La seguridad es otro punto a tratar. En general, este sector fue importante y tiene todo para volver a serlo. Es decir, sumarse a todo el auge que tiene calle Ramírez desde la plaza de Armas hacia arriba", explicó Sacakini.
Se puede cambiar
Una de las cosas más importantes en los sectores comerciales son las vitrinas de sus tiendas, que suelen invitar a las personas a recorrer en lo que por años fue llamado "vitrinear". Esta tradición, con la llegada de las multitiendas y grandes cadenas, se ha ido perdiendo.
La zapatería La Malagueña, ubicada desde 1968 en calle Ramírez 625, mantiene la tradición de su emplazamiento, como también una atractiva e iluminada vitrina, al igual que los negocios tradicionales que aún siguen vigentes en este punto de la ciudad.
Roberto Jiménez relata que su padre Domingo Jiménez creó el negocio familiar en 1964, cuando se asentó en Osorno luego de recorrer distintas ciudades desde su llegada al país en 1958 proveniente de España.
"Acá encontró una familia y una colonia española que se apoyaba entre sí. La Malagueña funciona en el mismo local desde 1968, aunque cuando partió vendíamos ropa, menaje, era mucho más grande, aunque ya desde 1978 fue solamente zapatos, lo que se mantiene hasta la actualidad. Primero mis padres arrendaban acá, pero al poco tiempo tuvieron la oportunidad de comprar el inmueble y eso permitió consolidarnos hasta la actualidad, siempre en el mismo lugar. Mi padre falleció trabajando en 1998, a los 68 años, y yo seguí acá, aunque somos 4 hermanos y todos queremos mantener vivo el legado de mi padre", comentó el joven administrador de empresas.
Manifestó que durante todas estas décadas han sido testigos y protagonistas de los grandes cambios que se han generado en este sector del centro osornino, donde el cierre del puente San Pedro y la llegada del Mall Portal Osorno fueron factores determinantes para generar una división en la principal calle comercial.
"Acá han existido proyectos que quedaron sólo en eso, como trasladar el terminal de buses a donde se ubica el gimnasio Llanquihue; arreglar el puente San Pedro también ha sido parte de los proyectos que quedaron en una ilusión para la comunidad.