A la gente no le sirven las divisiones políticas, los aprovechamientos absurdos y las cacerías de brujas. Necesitan que las autoridades nos concentremos en sus necesidades y trabajemos con absoluta transparencia en ellos.

Las malas prácticas de otros repercuten hoy en la fe pública. Lo que se alzó como una estrategia innovadora para la inversión pública, hoy quiere ser vestida como una mala acción por quienes no desean que las regiones solucionen sus verdaderas dolencias. La innovación no está exenta de riesgos ante inescrupulosos que ven un botín económico y político en los caminos que el Gobierno Regional, liderado por este gobernador y apoyado por el Consejo Regional, crearon para ir en apoyo de más de 30 mil personas mediante programas sociales y de fomento productivo.

Es cierto, cuando inicias un sistema de gran ambición social, debes estar en constante mejora y perfeccionamiento de éste y es lo que hacemos en el Gobierno Regional de Los Lagos. Más allá de lo que se quiera montar sobre esta seria institución, hemos alcanzado un trabajo fructífero en los últimos dos años, donde el trabajo con alcaldes y municipios ha sido vital para ir dejando en el pasado numerosos problemas de la comunidad, que hoy ya son historia.

¿Se acuerda usted, estimado lector, que había más de veinte obras "botadas"? Todos proyectos públicos, que el Gore, junto a los municipios, rescató y reactivó. Y con el restante recurso dimos vida al nuevo rostro de la inversión regional. Una estrategia sensible y humana que vamos a defender, pues con ella le estamos cambiando la vida a las familias involucradas. Sin ir más lejos, en Osorno, facilitamos el trabajo de familias indígenas campesinas con nueva tecnología, estamos por entregar ayudas técnicas a personas con discapacidad e hicimos un aporte sustancial para la descontaminación del aire con programas para mejorar la calidad de la leña.

Cada una de esas iniciativas es seguida paso a paso por el Gore y el Consejo Regional. Los consejeros regionales no están solo para levantar la mano y votar, ellos hacen una labor clave de fiscalización de todo eso y con esa labor hemos podido resguardar y seguiremos cuidando estos recursos. Programa que no cumple sus objetivos ya establecidos, deberá rendir cuentas, como ya lo hemos visto en la prensa. Hoy, más que nunca y con la mayor de las confianzas y convicción, estamos creando y cuidando la Región.

Los niños son el futuro de nuestra sociedad, razón por la cual garantizar su salud emocional y sicológica es crucial para criar adultos sanos y equilibrados y, por tanto, debe ser en la infancia cuando se establecen las bases para el desarrollo de la personalidad, la resiliencia y la capacidad de afrontar los desafíos que la vida presenta.

Es importante entender que, cuidar la salud mental de los niños implica reconocer que son seres emocionales, con necesidades y preocupaciones propias, y que estas deben ser atendidas con el mismo énfasis que las necesidades físicas. Por tanto, al igual que cuidamos su alimentación y su educación, debemos proporcionarles un ambiente seguro y comprensivo que les permita expresar sus emociones, aprender a gestionarlas y afrontar los problemas de manera saludable.

Jorge Fuentes, sicólogo y director de Pranavida, afirma que el bienestar mental de los niños no solo impacta su presente, sino que tiene una influencia significativa en su futuro como adultos. La falta de atención a su salud mental puede acarrear consecuencias graves a largo plazo, como trastornos de ansiedad, depresión, baja autoestima o dificultades en las relaciones interpersonales. Estos problemas pueden perpetuarse en la adultez.

La salud mental de los niños no es exclusivamente responsabilidad de los padres y cuidadores, sino que involucra a toda la sociedad, por tanto, el gobierno también debe priorizar el acceso a servicios de salud mental infantil, asegurando que estén disponibles y asequibles para todos los niños que los necesiten, invirtiendo, también, en programas de prevención y detección temprana, que puede ser clave para evitar problemas más graves en la edad adulta.