El Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol, Senda, se encuentra realizando los encuentros denominados "Voces Locales para una Política de Drogas", que tienen como principal característica ser actividades participativas destinadas a involucrar a la comunidad en la construcción de una política de drogas más inclusiva y también más efectiva en el periodo definido desde 2024 a 2030.

Se estima que a nivel nacional participarán más de 2.000 personas en este tipo de actividades, con el objetivo de que compartan sus ideas, experiencias y también perspectivas sobre cómo enfrentar el desafío de las drogas en sus propias comunidades.

Con esta finalidad, Senda inició este 2023 un proceso para fortalecer la Estrategia Nacional de Drogas 2021-2030, con el objetivo de dotarla de una mirada integral, con enfoque de género y salud pública, que reconozca que el consumo de drogas es un fenómeno multicausal que requiere de un abordaje desde distintas instituciones del Estado.

Por eso, desde principios de este mes se están realizando entre una a tres reuniones por cada una de las 16 regiones, donde un equipo de profesionales se encarga de recopilar los planteamientos de los participantes para luego identificar soluciones innovadoras y sostenibles que promuevan la prevención, la rehabilitación y la inclusión social.

Es importante considerar que se trata de un esfuerzo destacable, tanto para organizadores como para participantes, ya que el consumo de riesgo y problemático de alcohol y otras drogas tiene un alto impacto en la salud pública del país. Además, son numerosos los estudios que revelan que no sólo aumenta la vulnerabilidad de las personas, familias y comunidades, sino que también profundiza las inequidades.

Lamentablemente, llegó la "temporada de abigeato". La cercanía de las Fiestas Patrias revive al delito ancestral del robo de animales en las zonas rurales, que si no lo combatimos todos, se convertirá en una suerte de plaga

Pero no estamos de brazos cruzados. Ante al aumento de casos en los últimos meses, especialmente en las comunas de Puyehue y San Pablo, ya comenzó el trabajo de una mesa multisectorial al alero de la delegación presidencial de la Provincia de Osorno, en la que se reúnen tanto autoridades como representantes gremiales agrupados en torno al combate de este delito.

Y aunque el abigeato es tan antiguo como la ganadería misma, debemos enfrentarlo con herramientas nuevas. La coordinación público-privada puede resultar especialmente efectiva considerando las modificaciones de la ley 20.596, que establece la trazabilidad del movimiento animal, el comiso de los medios utilizados para cometer el delito, especialmente los medios de transporte y el hacer responsables de abigeato a quienes procesen y comercializan productos provenientes de dicho ilícito.

Procuramos enfrentar esta lacra desde los ángulos: En lo preventivo, el sector público y el privado se están coordinando para obstaculizar y desincentivar el abigeato con la trazabilidad animal. Desde el ángulo sanitario, se están implementando medidas para enfrentar los riesgos a la salud pública que involucra el sacrificio clandestino de animales. Y desde el ángulo punitivo se aprovecharán las mejoras legislativas, como la responsabilidad penal de quienes no puedan justificar la legítima tenencia de animales o de partes de los mismos; la de quienes faenen animales provenientes de robo; y el incremento de multas asociadas a penas de cárcel para los responsables del abigeato.

En esta lucha, es necesaria también una mayor conciencia ciudadana sobre la gravedad de este delito y sus consecuencias. La carne debe ser adquirida en el comercio establecido, donde se venden productos de calidad, y que cumplen con la normativa sanitaria, para cuidar la salud de las personas. Y en las zonas rurales, la cooperación de los vecinos en denunciar a sujetos sospechosos, es clave.

El abigeato representa un desafío crucial para la agricultura del sur de Chile. Su combate requiere un esfuerzo conjunto entre agricultores, autoridades y la sociedad en su conjunto. La protección del patrimonio ganadero y la tranquilidad de las comunidades rurales requiere de una estrategia que incluya vigilancia, tecnología, castigo ejemplar al delito, y conciencia ciudadana. Solo así podremos salvaguardar la riqueza agrícola y cultural de esta hermosa región y asegurar un futuro próspero para todos.