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Su puesta en marcha también significó dejar de utilizar el antiguo puente donde se han intentado desarrollar diversas iniciativas de recuperación peatonal, las cuales han sido rechazadas desde el Departamento de Puentes de la Dirección de Vialidad nacional argumentando que no está en condiciones de uso vehicular ni para el desarrollo de proyectos de recuperación, como un punto de paseo peatonal, que es el uso que la comunidad le sigue dando para conectarse desde y hacia Rahue con calle Ramírez.
Puente Viejo
Es imposible hablar del entorno del Nuevo Puente San Pedro sin mirar el lado norte y observar el antiguo viaducto, cuyos años de gloria terminaron en 1998 cuando el Departamento de Puentes de la Dirección de Vialidad Nacional determinó que sus bases estaban en pésimas condiciones. En ese momento se comenzó a trabajar en el proyecto de nuevo puente que tomó un grado de urgencia cuando en 2005 se emitió un nuevo informe que evidenciaba el riesgo de desplazamiento de móviles de alto tonelaje por la estructura que data de la década del sesenta. Esto obligó a restringir el paso de camiones y micros, los que sólo podían circular por el puente San Pablo, que conecta Rahue con Ovejería.
María Cristina Solís lleva décadas viviendo en el sector de Rahue Bajo, por lo que conoce de la importancia de ambos viaductos que a los ojos de la comunidad están unidos, "son como el hermano pobre y el hermano rico. Recuerdo que cuando se construyó el nuevo puente se habló de demoler el antiguo o destinarlo sólo al flujo peatonal, que fue lo que finalmente ocurrió. ¿Cuál es el problema que lo dejaron abandonado, al igual que sus accesos, los que con el paso del tiempo se han ido transformando en focos de delincuencia, espacios sucios y oscuros, mientras que el puente nuevo está cada día más rodeado de luces?. El área no podrá surgir completamente si dejan el puente viejo abandonado", explicó la vecina.
Berta Loaiza no logra entender por qué el sector privado no realiza una inversión rápida para generar una ribera amable y llamativa, tal como ocurre con el sector donde está el Hotel Sonesta y el Casino Marina del Sol.
"Cuando llegó el complejo con el casino y el hotel serían dos o tres años los que demoraron en levantar todo y recuperar las riberas, a diferencia, por ejemplo, del Parque Hott que fueron décadas de lucha que finalmente dieron resultados. Ese lado tiene vida, es más seguro para transitar como peatones y una linda recuperación del río. El problema está entre el puente nuevo y el puente viejo, un espacio sin ninguna intervención y abandonado. El Fuerte Reina Luisa no está destacado como monumento histórico, ni se ve en la noche y para qué decir el mismo viaducto viejo, lo iban a recuperar y quedó en nada. Apuesto que llega un privado y quiere hacer un mega negocio usándolo y en dos meses tienen los permisos", dijo la adulta mayor rahuina.
Efectivamente, en 2014 se realizó un concurso para encontrar un proyecto que permitiera recuperar el puente antiguo como un espacio público peatonal, el cual fue ganado por el arquitecto Raúl Ilharreguy que incluía conceptos básicos como internet, miradores, servicios, espacios para compartir y lugares de descanso, entre otras alternativas.
Dicha iniciativa finalmente no se pudo concretar o aún está a la espera de modificaciones que permitan cumplir con lo indicado por la unidad especializada del Ministerio de Obras Públicas (MOP), que indica que una de sus cepas (pilares) está afectada, lo que si bien permite mantener la circulación peatonal, no es capaz de soportar un peso superior a 8 toneladas. Esto fue reafirmado en 2016, cuando se realizaron nuevas mediciones para verificar la capacidad de carga del suelo y un eventual reforzamiento del viaducto. Ello congeló la factibilidad de concretar el megaproyecto, pese a la serie de modificaciones solicitadas por el municipio local.