Este año ha habido más donantes y una mayor capacitación de la red y manejo de potenciales dadores, pero el número de donantes por millón de habitantes no ha variado en los últimos años. Si miramos las cifras del año 2006, teníamos 9,5 donantes por millón de habitantes y hoy, 10. Seguimos con una lista de espera de más de 3.000 personas que dependen de máquinas para sobrevivir, en condiciones que no les permite realizar una vida normal, intentando respirar y disfrutar lo último que les queda de vida. Muchas de estas personas mueren en la eterna espera.

De acuerdo a la psicóloga María Bernardita Celis, académica de la Universidad San Sebastián, y quien cumple 16 años con un doble trasplante, no basta con preocuparse sólo de una arista del problema, cuando se debería estar trabajando en torno a la educación dando a conocer a las personas que el sistema de donación y trasplante es transparente, confiable y funciona bien en Chile. Que la donación, es una decisión libre de solidaridad que puede hacer alguien, para establecer que, ante una eventual muerte cerebral, desea salvar vidas de otros desconocidos sin nada a cambio. Esto se puede realizar de forma colaborativa en los colegios y en las universidades.

Celis dice que los trasplantados tienen también un rol dando a conocer cómo cambia la vida de quienes se someten a esta intervención, no sólo por esta oportunidad, sino porque somos unos agradecidos "que vemos la vida como un regalo que amamos más que antes y que desearíamos que muchos más tuvieran esta oportunidad".

Recientemente nuestra institución dio a conocer resultados de un estudio denominado "Movilidad Social: Aportes a la Educación Técnico Profesional", desarrollado por especialistas de esta casa de estudios y que reveló que el 57% de los estudiantes en Chile que son la primera generación de sus familias en Educación Superior se titularon en instituciones técnico profesionales, entre ellas Inacap, en el periodo 2015-2022.

La cifra aumenta si consideramos que, en la Región de Los Lagos, el subsistema Técnico Profesional en la Educación Superior logra titular al 59,3% de las personas, superando el 40,7% del universitario en el territorio. Estas cifras fueron obtenidas mediante una metodología que consideró la trayectoria de un grupo de estudiantes desde la educación secundaria hacia su potencial participación en la terciaria, considerando como antecedente el último nivel educativo alcanzado por sus padres.

Otra de las conclusiones del documento es que este tipo de enseñanza es una alternativa real que permite transformar en un corto periodo las condiciones materiales y de existencia de miles de personas, con predominancia en áreas académicas tales como servicios, industria, construcción y aquellas vinculadas a las Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC).

A partir de este estudio relevamos el impacto de la educación TP para el desarrollo de las personas, las regiones y Chile, pues confirma que la Educación Técnico Profesional es clave para la movilidad social. Lo anterior nos tiene tremendamente orgullosos de nuestra contribución como institución líder en la formación de capital humano de gran nivel para el sector productivo y de servicios y, sin duda, nos desafía a seguir mejorando.

Ratificamos nuestro compromiso de seguir siendo actores relevantes en la transformación de vidas de miles de personas que egresan de nuestras aulas y talleres, y que en la actualidad dan forma a su proyecto de vida y aportan la productividad del país con un sello que los distingue.

La Educación Técnico Profesional es una opción atractiva de desarrollo, con carreras pertinentes a las necesidades de la región, modernas, con sello tecnológico y con buena empleabilidad, donde desde el primer día se vive el aprender haciendo.

Por ello, nuestro país necesita de más técnicos.