Temporales que obligan a pensar
La emergencia de la zona central pasará pronto, pero hay lecciones en ella: limpieza de ríos, uso del suelo, acopio de agua.
Se ha decretado zona de catástrofe desde Valparaíso hasta Bío Bío. Hay fallecidos, aislados, damnificados y cientos de viviendas inundadas por la abundante lluvia y por las crecidas de los ríos. Incluso un hospital completo quedó bajo las aguas.
Si bien en nuestra región y más al sur estamos acostumbrados a temporales de gran intensidad, como el que vivimos la semana pasada, impresiona el nivel de daño que ellos han causado en territorios no preparados, o donde olvidaron la fuerza de los inviernos, luego de vivir una década de sequía.
La situación es muy seria. Se desplegaron ayudas públicas e instituciones como Desafío Levantemos Chile han llamado a campañas solidarias. Mientras esa acción ocurre, es necesario mirar las lecciones que un hecho natural de estas dimensiones deja. La primera tiene que ver con el uso del espacio y con el daño a los ecosistemas a través de deforestación, extracción de áridos, acumulación de basura y falta de respeto a los ciclos naturales. Los cauces no "crecen" desordenadamente, pero las personas insisten en utilizar terrenos inundables, rellenar humedales y levantar viviendas donde es riesgoso. Los bosques y vegetación pueden fortalecer el suelo para absorber agua de lluvia, pero la tala y mal manejo de áreas de remociones en masa, impiden esa función. Los desperdicios pueden convertirse en verdaderos diques, como se apreció en las fotografías de Santiago con más de 700 toneladas de desechos en el río Mapocho. Nos impacta. Pero debemos estar alertas: en los ríos de la zona sur se extraen en cada operativo de limpieza miles de objetos, desde botellas a carros de supermecado. No lo hacemos mejor.
Otro punto para reflexionar es la falta de infraestructura para almacenar agua. No hay embalses suficientes, ni sistemas para acopiar aquello que podría reutilizarse. Algunos hablan de "pérdida" del agua que se va al mar y aunque esa idea no es exacta (la naturaleza nada "pierde") sí recuerda la urgencia de prevenir ante lo que sabemos que el cambio climático trae.
El temporal pasará en unos días, pero estos temas debieran seguir en agenda, más allá de la emergencia.