Criadero El Libertador ofrece sesiones de equinoterapia para niños con autismo
EL RANCO. Participan los integrantes de la Agrupación Autismo Río Bueno en el recinto de Auquinco. Los padres destacaron el avance logrado con los caballos.
Se unieron oficialmente hace más de dos años para conformar la Agrupación de Autismo Río Bueno, integrada por 35 padres, cuidadores, familiares y amigos de personas con trastorno autista, liderados por Pablo Hernández Garcés, quien agradeció la invitación para conocer los beneficios del contacto con los equinos, materializada por el Criadero El Libertador, ubicado en Auquinco, en La Unión.
El dirigente indicó que es un orgullo ser el representante de la agrupación beneficiada con la oportunidad de disfrutar durante un mes de sesiones de equinoterapia gratuitas para sus niños, guiadas por un equipo de profesionales capacitados para apoyar a sus familias y amigos, que viven con los efectos del espectro autista en hijos o parientes.
"Es una forma de acercar a los niños con los animales, con los cuales van creando lazos afectivos que sorprenden a todos y que los ayudan", sostuvo Pablo Hernández.
La actividad se desarrolló en el Criadero El Libertador, en el sector Auquinco, en La Unión, y participó además la Agrupación de Autistas de Lago Ranco.
Padres y familiares comprobaron cómo la equinoterapeuta Jocelyn Calderón Labbé, generó el acercamiento entre los caballos y los niños. Los pequeños poco a poco fueron perdiendo el natural temor a los animales, en lo que colabora también la veterinaria Constanza Muñoz.
El Criadero El Libertador inició esta actividad como parte del trabajo de difusión que realiza la Fundación Campo y Tradiciones, en conjunto con la Fundación Raíces de la Patagonia, unidos para aplicar con sus profesionales la equinoterapia, que procura el rescate del caballo chileno, tal como destacó Carolina Ried, directora de Campos y Tradiciones.
Ofrecer confianza
La veterinaria Constanza Muñoz agregó que trabaja para las fundaciones y para el Grupo de Autismo de Río Bueno, donde el objetivo es colaborar con las familias de los niños que padecen este trastorno.
"Recibimos a los niños sin conocimiento y fuimos entregando la seguridad para que pierdan el miedo a los caballos, lo que se logra con esfuerzo que ha sido compartido entre los padres y profesionales que están involucrados en la tarea de ayudar a mejorar las condiciones de los pequeños afectados", sostuvo.
José Luis Véjar explicó que como padre de un niño con autismo desconocía los beneficios de la equinoterapia y no fue fácil entender la forma en que un animal tan noble como el caballo logra un efecto tranquilizador en los niños. Con el transcurso de las sesiones ha visto cambios y beneficios.
"La confianza en nuestros niños es evidente, les genera tranquilidad al compartir con sus pares. Es un estímulo que debemos considerar y comprobamos cómo se van acercando al animal. Esta terapia vale cien por ciento y nos involucra como comunidad, son inicios que dan mucha esperanza, porque visualizamos mejores condiciones para nuestros niños", concluyó el agradecido padre.