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El valor del cuidado mutuo
El sociocuidado o el cuidado mutuo de las personas en una comunidad es un valor que, lamentablemente, está en desuso en nuestra sociedad actual. A menudo, la gente se enfoca tanto en sus vidas y propias necesidades, que se olvidan de aquellos que les rodean.
Cada día las personas están menos involucradas en la comunidad en la que viven, evidenciando relaciones más superficiales y menos significativas entre los individuos y sus grupos. Esta falta de conexión y confianza se ha convertido en un problema arraigado en nuestra sociedad moderna y ha llevado a una sensación de aislamiento y desconexión.
La falta de conductas de sociocuidado pueden llevar a crecientes brechas, pues al centrarse únicamente en uno mismo se deja atrás la igualdad de oportunidades y la justicia social. La falta de atención en quienes nos rodean y especialmente en los más vulnerables, se traslada a una mayor fragmentación y desigualdad social.
Es importante reconocer el valor del sociocuidado y empezar a hacer cambios significativos para fomentar la solidaridad y empatía. Si cada persona se centrara en cuidar y ayudar a aquellos que les rodean, la comunidad en su conjunto sería más fuerte y próspera. Así, se vuelve fundamental promover una cultura del cuidado mutuo para promover la unidad y conexión entre las personas.
En suma, el sociocuidado es un valor esencial que puede ayudar a fortalecer nuestra sociedad. Promoverlo provocaría un impacto significativo en nuestras vidas y en nuestra comunidad, creando relaciones más fuertes, mejorando la salud y el bienestar de las personas, y ayudando a cerrar las brechas que nos separan. Sumémonos a construir una sociedad más unida, participativa y respetuosa.
Sandra Acuña
Reactivación educativa
Desde el inicio de la pandemia, los docentes y educadores de párvulos han liderado el proceso de adaptación dentro de sus aulas: desde cómo implementar la educación a distancia, pasando por los modelos híbridos; hasta la vuelta a la presencialidad, procurando atender a desafíos emergentes como lo han sido el bienestar socioemocional de estudiantes y la generación de espacios seguros para una buena convivencia. Son ellos quienes deben protagonizar la reactivación educativa, ya que día a día trabajan con profesionalismo en pos de sus alumnos, entendiendo en profundidad cómo desenvolverse en sus contextos.
Hoy debemos potenciar una participación más activa y vinculante de los docentes y la comunidad educativa en este proceso. Tanto para enfrentar las brechas de aprendizaje como la convivencia escolar necesitamos preocuparnos de las condiciones y, en especial, de la salud mental de los docentes. Los profesores y educadores de párvulos vienen trabajando con fuerza por la recuperación de aprendizajes de sus estudiantes y son la cara visible de la reactivación educativa para sus apoderados, los estudiantes y sus familias. Sabemos que entre ellos existen muchos casos de éxito, de quienes han podido innovar en sus aulas para disminuir las brechas en el desarrollo cognitivo y socioemocional de niños y adolescentes. Hay mucho valor en esas prácticas para los desafíos actuales en educación, el llamado es a generar oportunidades de escucha tanto dentro de las comunidades como en los espacios de poder para que los desafíos se enfrenten desde las aulas.
Oscar Guerra, subdirector Ejecutivo de Elige Educar
Uso de fuerza por carabineros
Si se encomienda a los carabineros la protección del orden y la seguridad pública, se debe aceptar que ellos hagan uso de la fuerza -de la violencia física legítima del Estado- y de los medios inherentes a su oficio.
Numerosas personas dicen que los policías "deben usar una fuerza mayor y no proporcional a la de los asesinos".
Tales personas tienen un error de concepto: obviamente la fuerza utilizada por los policías debe ser mayor. La proporcionalidad no significa igualdad: que si un delincuente agrede con piedras o con un arma blanca a un carabinero este debe responderle con los mismos elementos.
La fuerza debe estar en proporción a la resistencia ofrecida, a la gravedad del delito, a la situación que se controla, al peligro representado por los criminales y al objetivo legítimo que se persigue, lo que en casos graves justifica el empleo de medios letales.
La desproporción en el uso de la fuerza no solo puede predicarse respecto de la que es excesiva para cumplir con un determinado fin legítimo, sino que también respecto de la que es insuficiente para lograrlo.
Adolfo Paúl Latorre
Obesidad en Chile
En el año 2018, según los últimos datos de la OCDE, existía un 34% de prevalencia de la obesidad en los adultos de nuestro país, cifra que ha ido creciendo cada vez más.
Si bien se han hecho múltiples esfuerzos, como la Ley de Etiquetados o el programa Elige Vivir Sano, vemos que, lamentablemente, no han sido suficientes.
Para erradicar la obesidad se requieren acciones complementarias y que tengan un mayor impacto. Es importante que comiencen desde los primeros años de vida, fomentando estilos de vida saludables que sean perdurables en el tiempo. Esto nos permitiría, como profesionales de la salud, no llegar tarde al diagnóstico, cuando el paciente ya tiene un alza considerable de peso y padece enfermedades asociadas como obesidad, hipertensión, diabetes, entre otras.
Si bien se trata de una cifra poco alentadora, la buena noticia es que nunca es tarde para iniciar un estilo de vida saludable. Hace algunos días bajó el precio de la canasta básica, lo que puede tener un impacto positivo en nuestra salud.
Si desde ya comenzamos a realizar acciones profundas en los niños, podemos tener a futuro una población adulta más sana. Desde nuestro ámbito debemos educar a la población sobre la importancia de una alimentación equilibrada, que no sólo nos permite tener un peso adecuado, sino que también, prevenir las principales causas de muerte de nuestro país como son las enfermedades cardiovasculares y varios tipos de cáncer directamente asociados a la obesidad.
Alex Escalona, jefe del Programa de Obesidad y Diabetes Clínica Universidad de los Andes