Noble gesto permitió entrega de silla de ruedas a menor que padece síndrome de Leigh
DONACIÓN. El Centro de Padres de la Escuela García Hurtado de Mendoza realizó las gestiones para materializar este proyecto, con asignación directa del FNDR.
Una iniciativa del Centro de Padres y Apoderados de la Escuela García Hurtado en Rahue Alto, permitió que Marcelo Antonio Garnica, estudiante de séptimo básico, cuente actualmente con una mejor calidad de vida, comodidad y que sus familiares tengan menos complicaciones en las labores de cuidado diario.
Marcelito, como es conocido entre su círculo de seres queridos, fue diagnosticado con síndrome de Leigh a los 2 años. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa que, con su avance progresivo, ocasiona síntomas como debilidad generalizada, falta de tono muscular, trastornos del movimiento o incapacidad para coordinar el equilibrio, entre otros.
A raíz del rápido deterioro de su condición física, la comunidad del establecimiento decidió emprender un proyecto con el fin de apoyar tanto al niño como a sus cuidadores, por lo que iniciaron las gestiones para conseguirle una silla de ruedas adecuada y reclinable.
Este gesto concluyó con resultados positivos y, en una ceremonia con la presencia de autoridades regionales, decidieron sorprender al padre e hijo.
Diagnóstico
Cuando tenía alrededor de 2 años y 3 meses, Marcelito empezó a mostrar dificultad para caminar.
Tras percatarse de esta situación, partió una larga travesía para encontrar el diagnóstico sobre la rara enfermedad que afectaba al pequeño.
"Comenzó a cojear de un día para otro en el jardín y las tías se preocuparon. Fue durante una semana más o menos, se preocuparon y me pidieron una autorización para llevarlo al hospital porque no podía ser que estuviera así. Le hicieron un examen a su rodillita, pero estaba todo bien", contó su papá, Marcelo Garnica.
La directora insistió en que algo estaba sucediendo, por lo que lo llevaron nuevamente al recinto asistencial. Allí quedó hospitalizado para realizarle unos exámenes más profundos que concluyeron, nuevamente, sin resultado concreto.
Fue después de una internación de 10 días en la Unidad de Cuidados Intensivos que tuvieron certeza de un diagnóstico, debido a que al salir mostró indicios de deterioro. Desde entonces los padres del niño, su tío, abuela y otros parientes se han abocado a su cuidado permanentemente.
Noble gesto
En la Escuela García Hurtado, donde también conocen la historia y Marcelito es muy querido, también tomaron acciones para apoyarlo.
Es así que el Centro de Padres presentó un proyecto al Gobierno Regional que, mediante asignación directa especial del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), permitió entregarle una silla de ruedas adecuada.
Yovanna Jiménez, ex presidenta del Centro de Padres y Apoderados del establecimiento, explicó que esta idea nació "de la necesidad que tenía Marcelito, porque hay dos personas que lo atienden por su enfermedad. Él tuvo un rápido crecimiento y su silla ya no era adaptable. Tenía una silla normal, pero por su crecimiento tuvo que dejarla atrás, entonces su cuerpo no resistía y ya estaba sufriendo dolores, así como por la falta de movilidad que él requiere".
Agregó que el padre -Marcelo Garnica- siempre está preocupado de llevar al alumno para que comparta con los otros niños.
"Marcelito viene desde pre kínder, es uno más aquí en la escuela. Es muy querido y también es respetado por todo lo que ha vivido. Se siente feliz cuando llega a la escuela porque siempre lo reciben muy bien, está feliz de compartir con sus compañeros", afirmó Jiménez.
En una ceremonia realizada en el recinto educacional, con la presencia del consejero regional Francisco Reyes y miembros de la comunidad educativa, el padre recibió esta sorpresa con mucha alegría.
"Yo no tenía idea de esto, me pareció excelente. Sé que me va a servir porque es reclinable, la necesita, porque la otra era más rígida. Luego lo vamos a ir acomodando", manifestó Garnica.
"Se siente feliz cuando llega a la escuela porque siempre lo reciben muy bien"
Yovanna Jiménez, Ex pdta. del centro de padres
2 años de edad tenía el niño cuando comenzó a mostrar un serio deterioro de su condición física.
10 días estuvo internado en la UCI del hospital. Después, sus padres conocieron el diagnóstico.