Correo
El comienzo de un nuevo año
En el año 2022, el trabajo del sector agropecuario permitió enfrentar distintos desafíos y no detenernos en la producción de las materias primas fundamentales para los alimentos inocuos y de calidad, tal como ocurrió durante la pandemia, cuando en medio de ciudades cerradas y detenidas el campo y los distintos eslabones de la cadena alimentaria no pararon.
En el año que termina, a las conocidas complejidades emanadas de la crisis sanitaria por el covid-19, se sumaron los efectos de la guerra Rusia-Ucrania y la ralentización económica de China, entre otros, generando importantes aumentos en los costos. No obstante, los factores internos también nos pusieron en riesgo: un proceso constituyente que no quiso escucharnos estuvo a punto de dinamitar los fundamentos de nuestro modelo productivo, capaz de satisfacer las necesidades de 20 millones de chilenos.
Una reflexión al respecto: la industria alimentaria chilena ha mejorado notablemente en los últimos treinta años en productividad y calidad de procesos. Junto al sector público se ha avanzado no solo en cumplimiento de normas de inocuidad y aspectos sanitarios, sino también en normas ambientales, de bienestar animal, trazabilidad y certificaciones; trabajo que toma mucho tiempo y que muchos otros países todavía no alcanzan. Ello nos generó una muy positiva fama a pesar de ser un país pequeño y geográficamente complejo. No por nada la industria alimentaria es el segundo sector en importancia de la producción nacional, abarcando un 18% del PIB, apoyado en cientos de miles de empresas y más de dos millones de trabajadores.
Tenemos preocupación por los aspectos políticos que han puesto un nivel de incertidumbre pocas veces visto en este siglo y que las generaciones más jóvenes no conocen. Esto causa que los niveles de seguridad personal estén por el suelo y su percepción peor. En el agro lo hemos sufrido en carne propia, donde la crisis de seguridad en la macrozona sur demuestra que la respuesta de la autoridad ha fallado, poniendo en entredicho el Estado de Derecho.
Para 2023 igualmente se advierte un nuevo escenario de incertidumbre, por lo que pedimos a quienes toman las grandes decisiones, recuperar el timón y permitir que todos los sectores productivos, en particular el silvoagropecuario, puedan trabajar con paz y seguridad por el bien de todos los chilenos. De esa forma podremos hacer nuestro aporte para garantizar la seguridad alimentaria de nuestro país.
Eduardo Schwerter, presidente de Agrollanquihue A. G
Se quedaron en 1940
Comenzando un nuevo año, es sumamente necesario reflexionar sobre las necesidades de nuestro país y ver en qué situación política nos encontramos y de ser totalmente sinceros a la hora de hablar de estos temas.
A una gran mayoría podemos desearles un feliz 2023, pero hay un grupo conservador que le gusta truncar la pelota, el cual tiene un discurso en contra de los privilegios, pero lo único que hace es resguardarlos con discursos populistas y palabras al viento de las grandes urgencias que existen, como la seguridad. Son los primeros en oponerse al presupuesto del área que se hace cargo de esta temática, o bajarse de una mesa de seguridad a nivel nacional por una diferencia política. A ellos podemos desearles un muy feliz 1940, donde siguen con el mismo discurso de hace más de un siglo, en un país que necesita cambios estructurales en educación, como por ejemplo educación sexual integral, una salud garantizada, para que independiente de la situación socio económica, exista la mejor prestación de servicio y calidad; donde ellos una vez más se oponen.
Ad portas de un nuevo proceso constitucional, entendemos que el origen de este texto fue creado en dictadura y que en estos 3 años de discusión no hemos visto grandes propuestas de reformas por parte de la derecha, que se ha opuesto constantemente a cambios, cambios que no son demandados sólo por la izquierda, como suelen decir, sino transformaciones que Chile en pleno siglo 21 necesita con urgencia. Nadie puede desconocer las problemáticas que tenemos en medio-ambiente, corrupción, entre otras tantas , y que efectivamente una constitución con un traje o vestido a la medida puede venir a replantear las políticas públicas obsoletas y generar nuevos proyectos de ley que se hagan cargo de lo que la ciudadanía demanda. Aprovechando esta oportunidad histórica, de construir una constitución minimalista entre todos los sectores políticos y escrita en democracia.
Por un año con mayor seguridad ciudadana, social y económica, donde logremos avanzar en grandes reformas, como tributaria, de carabineros y pensiones, que dan respuesta a las problemáticas antes mencionadas.
Espero que este año, quienes se quedaron en el siglo pasado, se den cuenta que estamos en 2023 y si tienen otra fecha en el calendario, nos avisen y podamos enviarles un correo para actualizarlos.
Eduardo Zuchel Muñoz
Regular las altas temperaturas
Las zonas abiertas dentro de la ciudad son una oportunidad de diseño para el desarrollo de espacios públicos eficientes, lo que se vuelve urgente al observar los efectos del calentamiento global y las altas temperaturas en el verano. En este escenario, la vegetación tiene un importante rol operacional en el territorio urbano, que va más allá de su valor estético y ornamental.
La relevancia de integrarla se relaciona con la acción concreta hacia la transición ecológica de las ciudades para adaptarse al cambio climático. Esto requiere una visión sistémica que releva a la vegetación a nivel de infraestructura, considerando los servicios ecosistémicos que entrega, tales como la regulación de la temperatura, la protección del ciclo del agua, control de la erosión, captura de dióxido de carbono, regulación de la ventilación en las ciudades, entre otros beneficios.
Para lograrlo, se deben desarrollar estrategias que procuren identificar los elementos naturales, sus dinámicas y estado de conservación, para detectar las posibilidades de reconexión de sistemas.
También incorporar vegetación adecuada a la ubicación geográfica y condiciones climáticas locales. Esta aproximación es una oportunidad para generar transformaciones de habitabilidad positivas dentro de un contexto climático adverso.
Margarita Jans, codirectora observatorio de Paisaje y Sustentabilidad UDP