Los peligros de exponerse al sol
La exposición crónica a los rayos ultravioleta también provoca cambios degenerativos en las células. Las medidas de prevención son no exponerse al sol en las horas de mayor radiación y usar protector solar de amplio espectro, entre otras.
Sentarse en una reposera en la playa para sentir los agradables rayos del sol en la cara es parte de los pasatiempos favoritos de los turistas en verano. No cabe dudas que muchas personas ven el sol como amigo. Su existencia ayuda al crecimiento de las plantas, brinda calor y permite que haya vida en nuestro planeta.
Las radiaciones UV del sol, en pequeñas dosis, poseen valiosos efectos para la salud humana: estimulan la producción de vitamina D; beneficia patologías de la piel como soriasis, dermatitis, entre otros.
Sin embargo, iniciando las vacaciones, no se deben olvidar las medidas de autocuidado para evitar los daños que puede causar la exposición al sol en el cuerpo.
¿Qué efectos tienen los rayos UV en el organismo? De acuerdo a la académica de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, Milena Castillo, la radiación UV afecta los ojos. Los efectos agudos de la exposición a estos rayos incluyen reacciones inflamatorias que pueden ser muy dolorosas, pero reversibles, y no provocan ningún daño a largo plazo en el ojo o la visión. No obstante, la exposición a los rayos UVB es un factor de riesgo importante para el desarrollo de cataratas.
Además, la exposición excesiva a los rayos UV produce el enrojecimiento de la piel denominado quemadura solar. La exposición crónica a los rayos ultravioleta también provoca cambios degenerativos en las células y los vasos sanguíneos de la piel, estos incluyen la aparición de pecas, lunares y manchas. Se acelera de paso el envejecimiento de la piel y la pérdida gradual de la elasticidad.
Varias investigaciones han demostrado que la exposición a niveles ambientales de radiación UV altera la actividad y distribución de algunas de las células responsables de desencadenar respuestas inmunitarias en humanos.
Las medidas de prevención son no exponerse al sol en las horas de mayor radiación; usar protector solar de amplio espectro, incluso en días nublados; evitar el solárium; uso de gorro; lentes de sol con protección UV; vigilar los lunares y consultar al médico si se pesquisa cambio de color, tamaño, sensación o presencia de sangramiento.