Ceremonia inaugural mezcla la tradición y la modernidad
ESPECTÁCULO. Un acto de poco más de media hora dio el "vamos" al Mundial.
La tradición qatarí y la modernidad se mezclaron en la ceremonia de inauguración del Mundial 2022, en el estadio Al Bayt de Al Khor, una de las joyas arquitectónicas erigidas para albergar la competición y escenario del primer partido.
El escenario no podía ser más adecuado. El estadio toma su nombre de las bayt al sha'ar, las tiendas tradicionales que usaban los nómadas de Qatar y la región del Golfo, y su estructura se asemeja claramente a ellas.
Bajo la presidencia del Emir Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani, muy aclamado por el público, el primer Mundial de la historia en Oriente Medio exhibió una ceremonia rápida, de media hora, por momentos muy sentida, en la que se mostraron las raíces del país, su vinculación al desierto, y se quiso mandar un mensaje de unidad y de modernidad.
"Al mundo entero le digo, bienvenidos a Doha. Hemos trabajado duro con mucha gente para que esta competición sea un éxito. Hemos invertido para trabajar por el bien de la humanidad. Las gentes se unen, sin importar su etnia, su religión, su orientación y su nacionalidad aquí en Qatar y tras las pantallas de todos los continentes del mundo", indicó en su discurso.
Aparte de los máximos dirigentes del fútbol mundial, asistieron personalidades como los presidentes de Turquía, Recep Tayyip Erdogan; de Egipto, Abdel Fattah al-Sissi; de la autoridad nacional Palestina, Mahmud Abás; el príncipe de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman, y la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez.
El actor Morgan Freeman, quien tuvo un papel importante en el inicio, aseguró que "el fútbol da la vuelta al mundo y el que une a las naciones, une también a las comunidades".
Finalmente y tras muchas polémicas, el cantante Jung Kook, integrante del grupo surcoreano BTS, se subió al escenario a interpretar "Dreamers", canción incluida en la banda sonora oficial del Mundial, junto al cantante qatarí Fahad Al Kubaisi, lo que según los organizadores, fue una llamada a la unidad de "toda la humanidad, salvando las diferencias a través del humanismo, el respeto y la inclusión".
En la ceremonia hubo pequeños homenajes a las 32 selecciones, así como guiños a ediciones precedentes de la Copa del Mundo, como himnos y mascotas de los últimos torneos.
Al acto de inauguración culminó con el ex jugador Marcel Desailly, campeón mundial con Francia, presentando el trofeo Mundial que ganaron los 'Bleus' hace cuatro años en Rusia.