Bolsonaro se lanza contra sondeos e insiste en poner en duda urnas
BALOTAJE. Presidente de Brasil volvió a cuestionar sistema de votación electrónica que se utiliza hace cerca de 30 años por "anticuado" y "obsoleto".
El candidato a la reelección y actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, arremetió ayer contra los sondeos que lo sitúan por debajo del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva y volvió a cuestionar el sistema de votación que el país usa por cerca de 30 años.
El jefe de Estado acusó, en entrevista con una radio local, a dos de las empresas encuestadoras más importantes del país, Datafolha e Ipec, de "ayudar" a Lula "a tener más votos" de cara al balotaje del próximo 30 de octubre.
"Datafolha es una vergüenza" e "Ipec no acierta nada, se equivoca, pero influye en el voto", dijo el líder de derecha.
Los últimos sondeos de ambas firmas otorgan a Lula, parte de un frente progresista que ha sumado fuerzas de centro y centro-derecha, una intención de voto de casi 50%, con una ventaja sobre Bolsonaro de entre cinco y diez puntos.
Bolsonaro recalcó que en general no se cree lo que dicen los sondeos, aunque sí alabó la metodología del instituto Veritá, la única que hasta ahora lo sitúa adelante de Lula.
Las empresas encuestadoras están en el punto de mira del Gobierno, que llegó a ordenar investigarlas a partir de sospechas surgidas en sus encuestas sobre la primera vuelta de las elecciones del 2 de octubre, que ganó Lula con el 48,4% de los votos.
El presidente brasilero logró el 43,2% de los sufragios, un resultado mejor del esperado por los sondeos, varios de los cuales incluso vaticinaron de forma errónea un triunfo de Lula en primera ronda.
Urnas electrónicas
Por otro lado, el actual gobernante volvió a cuestionar la legitimidad de las urnas electrónicas que el país usa en sus procesos electorales desde 1996.
Ese sistema de votación es elogiado por observadores internacionales y desde su puesta en marcha no ha sido objeto de denuncias por presunto fraude, si bien Bolsonaro dijo hoy que es "anticuado y está "obsoleto" porque "es de los finales de los 90".
"No existe sistema electrónico que sea perfectamente blindado. Si nunca presentó problemas, llegará el momento en que los tendrá. Lo que buscamos es una capa más de transparencia", manifestó.
El líder derechista volvió a sembrar dudas sobre la actuación del Tribunal Superior Electoral (TSE), órgano responsable por los comicios en Brasil y al que acusó de favorecer con sus decisiones a Lula.
Lluvia de insultos
Pocas horas antes, el domingo en la noche, se realizó el primer debate televisivo entre ambos candidatos, con un formato muy libre que permitió largos cruces entre ambos que derivaron en insultos, golpes bajos, mentiras y palabras soeces.
En este sentido, Lula llamó a Bolsonaro "pequeño dictadorcito", "mentiroso" y "caradura", mientras que el actual jefe de Estado dijo que su predecesor es "una vergüenza nacional" y un "ladrón".
En tono irónico, Lula le recordó a Bolsonaro, capitán en la reserva del Ejército, que cuando era diputado lo "adulaba" y "sentía orgullo" de tenerlo como presidente, por su trato con los militares.
A su vez, Lula desgastó a Bolsonaro con su criticada gestión de la pandemia, la grave situación económica que vive la capa de la población más pobre, o a la destrucción de la selva amazónica.
Del otro lado, Bolsonaro puso en aprietos a Lula tras sacar a relucir la corrupción en los gobiernos del PT, entre 2003 y 2016.
Al respecto, Lula admitió corrupción en la petrolera estatal (Petrobras), pero dijo que todo se descubrió por la transparencia de su Gobierno.