El tiempo de los grandes criaderos de Overo Negro
La raza, que fue traída desde el norte de Europa a Chile a fines del siglo XIX, logró buenos rendimientos para los estándares de producción de la época. Al poco tiempo, diversos ganaderos de la zona sur comenzaron con la reproducción de ejemplares. En Osorno estaba "Río Blanco" de Werner Pasenau; "Remehue", de Arnoldo Scholz; "Murrinumo" de Emilio Sommer; "Curaco" de Heinz Sunckel; "Huillinco" de Edmundo Keim, entre varios otros.
La ganadería fue el gran aporte del continente europeo a las Américas del norte y del sur. Nuestro país tempranamente fue definido como zona ganadera. Sin embargo, pese a la larga historia que tiene la ganadería bovina en Chile y la importancia económica relativa del sector, no ha logrado por motivos diversos, salvo experiencias individuales, el desarrollo equilibrado que el rubro amerita.
Una de las experiencias que fue un referente, digno de recordar, fue el notable avance que tuvo la raza bovina de Overos Negros a mediados del siglo anterior.
Según relata el estudioso Teodoro Schneider en su obra Agricultura Chilena de 1890, los primeros ejemplares comenzaron a llegar al país a finales del siglo XIX. Fue en 1890 que arribaron algunos ejemplares holandeses con el propósito de mejorar la ganadería existente.
Un grupo de toros y vacas, que causó expectación entre los hacendados de la época, fue importado por Luis Besa, poco después lo siguieron Juan Hageman y Juan Fleischmann.
Salvador Vergara en 1893, Rafael Orrego y Domingo Valdés en 1899 completan la lista de los más adelantados en esta materia. Para 1900 ya había un número interesante de entusiastas por la raza Overo Negro.
Para los primeros años del siglo XX, el agricultor Bernardo Minte instaló el primer criadero del país en Puerto Varas y en esto le siguieron agentes importadores como Bertoldo y Julius Meyer, Peter Himpkamp y Carlos Müller-Holtkamp, que con esmero se dedicaron a traer ganado reproductor fino desde Europa.
Criaderos en la zona
Se crearon durante la primera mitad del siglo anterior, en especial en la zona ganadera sur, varios exitosos criaderos entre los que se destacaban en 1945 para la provincia de Valdivia el criadero "Calcufilo" de Teófilo Grob; "Chihuao" de Otto Hoffmann; "Collico" de Sucursal Kunstmann, entre otros.
En Osorno, tierra de la ganadería nacional por excelencia, estaba "Río Blanco" de Werner Pasenau; "Remehue", de Arnoldo Scholz; "Murrinumo" de Emilio Sommer; "Curaco" de Heinz Sunckel; "Caracol", de comunidad Iroumé; "Huillinco" de Edmundo Keim; "Apalte" de Carlos Sotomayor; el criadero "Los Saltos" de Arturo Klocker Trautmann; "Esmeralda" de Alfonso Buschmann; "Las Quemas" de Santiago Hott; "Nochaco" de Oscar Gaedicke; "Crucero Viejo" de Hugo Schilling; "Chacayal" de la comunidad Vásquez Becker; "El Roble" de Jorge Momberg; y "Osorno" de Bruno Kylling.
Incluso, en la lejana Isla de Chiloé estaba para 1948 el criadero "Piruquina" de Andrade y Cifuentes en Castro; "Los Pinos" de Lautaro Vera en Chonchi; y "Ancud" de la Escuela Agrícola Elemental en Ancud.
Y en la provincia de Llanquihue prosperan varios criaderos, como "Totoral" de Osvaldo Held; "Cancha Rayada" de Eligio Schmidt; "Casma" de Egon Schmidt; en Tegualda "La Cabaña" de Roberto Monsalve; "Miramontes" de Kurt Minte; "El Copihue" de Juan Stolzenbach; "Lagunita" de Hardy Minte, entre diversos otros.
Ya en los años '40 había en los registros de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (Sago) no menos de 70 criaderos de ganado Overo Negro doble propósito inscritos. La selección de esta raza permitió no sólo innovación, sino que consideró la fijación de las bondades zootécnicas, estimando todo aquello que fuera útil para el mejoramiento y selección del ganado, como altos rendimientos y rusticidad para la macro zona geográfica del sur.
Este ganado mixto satisfizo además con creces los rendimientos requeridos en producción y productividad de carne y leche para las modernas exigencias en cuanto a costos de producción y rentabilidad.
Así las cosas, la ganadería nacional se podía planificar a futuro, de algún modo había una homogeneidad en la producción pecuaria, según la opinión de especialistas de la época.
La región contaba con numerosos criaderos que se conceptúan entre los mejores del país y fueron garantía de las más alta calidad genética. En el congreso ganadero del año 1948 realizado en Osorno, se aprobó la siguiente ponencia general "como una medida de intensificar racionalmente la producción de carne y leche, se recomienda preferir aquellas razas de prestigio internacional y de doble propósito, cuyos indiscutibles beneficios son ampliamente reconocidos en nuestro país". Ello fue un espaldarazo de los profesionales hacia los criadores de Osorno y la región.
El origen en Europa
Los Overos Negros importados al país se trajeron de un área de extensión bastante considerable; dominaban en producción en todas las llanuras o tierras bajas del norte de Europa. La Frisia y Prusia Oriental y Occidental, Pomerania Brandeburgo, Hannover y Oldenburgo tienen ganado casi exclusivamente Overo Negro mixto, asimismo Holanda, de donde toma en Chile su nombre genérico de "ganado holandés".
Ya en 1944 estaba consolidada la raza para aquellos predios que incursionaron como criaderos y producción de leche primero, y un buen ternero de carne después. Una cifra revela que para 1943 se inscribieron 7.346 ejemplares, de los cuales 2.145 eran reproductores machos.
Era notorio que los criadores de ganado fino debían realizar ingentes esfuerzos económicos para montar un criadero de buena forma, ya que los reproductores tenían que recibir cuidados y alimentación especiales, atendiendo el grado de perfeccionamiento zootécnico a que habían llegado. Es por ello que ya en la década de los años '30 aparecieron noticias que impulsaron a la exportación de ganado fino reproductor inscrito en los registros genealógicos.
Desde la perspectiva del desarrollo de la ganadería nacional era el justo equilibrio para conjugar la producción de carne y leche.
Hasta el presente, poco o nada se hace por recuperar el sitial de esta raza en la ganadería nacional; más bien se ha sumido en la oscura noche de los tiempos.