Analistas dan al "octubrismo" por derrotado, pero advierten que sus ideas persistirán
PLEBISCITO. En un escenario en que el Apruebo fue derrotado por más de 20 puntos, firmantes del Acuerdo por la paz y académicos consideran que fue un fracaso no solo del trabajo de la Convención, sino de las ideas refundacionales que tuvieron cabida.
"Es un fracaso del proceso" es una de las frases que repiten varios de los firmantes del Acuerdo por la paz y la nueva Constitución del 15 de noviembre de 2019, el texto que sentó las bases para habilitar el trabajo de la Convención, cuyo resultado fue rechazado el domingo pasado por la ciudadanía.
Si bien el escenario había sido anticipado por las encuestas, el resultado tan holgado -más de 20 puntos de diferencia- fue inesperado. Y mientras la clase política analiza cómo seguir con el proceso constituyente, los protagonistas de hace tres años y distintos analistas leen la elección como una derrota para el llamado "octubrismo", haciendo alusión a los hechos de violencia durante las protestas de 2019.
Desde distintos sectores han apuntado a que la propuesta encarnaba un revanchismo y la idea de refundar el país haciendo caso omiso a la historia constitucional del país. Estas ideas, dicen, encontraron lugar en la Convención, donde se aprobó una declaración en que solicitaban tramitar el proyecto de ley de indulto para los presos del estallido y el retiro de las querellas interpuestas por Ley de Seguridad del Estado. Junto con eso, algunos convencionales participaron de protestas afuera del ex-Congreso, presentaron normas para refundar a las policías o eliminar todos los poderes del Estado, entre otras, y terminaron durante la última sesión plenaria gritando "el pueblo unido avanza sin partidos".
"La Convención sirvió para que nos hiciéramos una idea de lo que significaría que las fuerzas que la controlaron llegaran a dominar el país", dice el analista político y escritor Sergio Muñoz Riveros.
Desde Apruebo Dignidad, realizan una autocrítica, pero mantienen una positiva evaluación al texto. La diputada de RD Catalina Pérez, quien en 2019 era la presidenta de su partido y firmó el Acuerdo por la paz, sostiene que "lamentablemente faltó diálogo entre todos los sectores para llegar a un texto que nos representara a todas y todos".
Pero los otros firmantes del acuerdo son más críticos y sostienen que esto es una derrota al "octubrismo". Fuad Chahin, exconvencional y presidente de la DC en 2019, cree que perdieron "las expresiones de violencia, de impunidad total". Y Heraldo Muñoz, quien entonces era presidente del PPD, considera que "el terremoto electoral fue una derrota de la izquierda radical mayoritaria de la Convención".
La falta de acuerdos transversales es otro de los puntos que se reprocha al proceso. Si bien todos los artículos del texto fueron aprobados por dos tercios, en la Convención no necesitaban de la derecha para conseguir ese quorum. "Hay un castigo al 'octubrismo'. A esa estética y retórica que veladamente justificaba la violencia como un mecanismo para conseguir las cosas. La lógica refundacional donde un grupo imponía a otros sus términos. Yo creo que todo eso sufre un golpe que, espero, sea mortal", dice el exconvencional Hernán Larraín, quien como presidente de Evópoli en 2019 firmó el acuerdo.
Pero Muñoz cree que "el 'octubrismo' seguirá en las calles" y algo similar plantea Gonzalo Blumel, ministro del Interior en 2019. Para este último, "el 'octubrismo' fue ampliamente derrotado", pero "la historia nos enseña que las cosas nunca son definitivas".
Isabel Castillo, académica de la Facultad de Gobierno de la U. de Chile y parte del COES, también plantea que los ánimos refundacionales van a seguir presentes, "pero posiblemente va a estar en la calle y no en un espacio tan institucional".
Escenario del Gobierno
Las coincidencias entre el texto constitucional y el programa del actual Gobierno no son pocas. Además, el mismo Presidente Gabriel Boric había apoyado el indulto para presos del estallido y mostrado su apoyo al texto de la Convención.
Max Colodro, director del magíster en Comunicación Política y Asuntos Públicos de la U. Adolfo Ibáñez, sostiene que el resultado del domingo significa "el fin del proyecto político del PC y del Frente Amplio, al menos en el actual ciclo". Sostiene que se trata de un proyecto que se trabajó durante diez años, desde el movimiento estudiantil del 2011, y que "no se va a poder recomponer ni reconstruir, al menos, en el corto y mediano plazo".
Y si bien cree que las señales de Boric con el cambio de gabinete realizado esta semana son claras y que busca sostenerse en la ex-Concertación, plantea que "un sector de la izquierda va a buscar reactivar la movilización social" y que, en particular, el PC "va a seguir tratando de forzar las cosas en una cierta dirección".
A juicio de Castillo, si bien sectores del PC podrían incorporarse en el concepto del "octubrismo", cree que este "esencialmente va por fuera de los partidos políticos y de la representación institucional" y aunque el PC históricamente ha tenido las dos posturas, recuerda que hoy son parte del Gobierno.
Problemas de origen
"El triunfo del Rechazo puede ser el comienzo de la recuperación democrática del país. Pero, todo depende de poner fin a las muchas muestras de deslealtad hacia los fundamentos de la democracia que ha habido en los últimos años, en primer lugar, la complicidad con la violencia", dice de manera categórica Muñoz Riveros.
Por ello, incluso antes de la victoria del Rechazo, desde el mundo político han planteado que el problema del texto es también de origen y si bien desde los distintos sectores comparten que los escándalos que rondaron la Convención influyeron en el resultado, también son conscientes de que la configuración del órgano y la forma en que se llegó a su formulación son factores a considerar.
"El proceso constituyente partió por una profunda crisis de legitimidad, fue como una especie de manotazo de ahogado de la clase política buscando una solución para destrabar un conflicto de proporciones, y la composición de esa Convención, que fue muy celebrada en sus inicios porque permitió la entrada de nuevos actores al juego político, creo que probó ser altamente problemática", dice Rossana Castiglioni, decana de la Facultad de Ciencias Sociales e Historia de la U. Diego Portales.
Ahora, algunos firmantes del Acuerdo por la Paz, como Larraín y Chahin, hacen una autocrítica respecto de la forma en que se incluyeron listas de independientes y escaños reservados. Si bien dicen que fue algo debatido ex post, también plantean que pudieron hacer más.
"La Convención sirvió para que nos hiciéramos una idea de lo que significaría que las fuerzas que la controlaron llegaran a dominar el país".
Sergio Muñoz Riveros, analista político y escritor