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¿Dónde está la belleza de la Plazuela Yungay?. Es la pregunta que muchos osorninos se realizan desde hace varios años, con nostalgia por la vegetación y diseño urbano que la caracterizó durante décadas. Solo basta mirar la imagen superior a la derecha de esta página para darse cuenta de los cambios negativos que ha sufrido el paseo. En la foto, captada en 1984, se aprecia una plazuela con jardines y arbolada, amigable con los osorninos. Un área que siempre fue un pulmón verde y acogedor de la ciudad, pero que actualmente está transformada en una explanada con cada vez menos vida y más llena de cemento.

El último proyecto de conservación terminó con las expectativas de muchos de tener un espacio de descanso y recreación, dando paso a la realidad: obras mal ejecutadas y que en nada mejoraron el aspecto del lugar. En sus 4.160 metros cuadrados destacan baldosas quebradas, sucias y usadas, escaso paisajismo, una zona que se inunda con las lluvias, entre otros detalles que, más que una inversión de $170 millones de recursos públicos, parece un proyecto inconcluso.

Una plazuela que aún es querida por la comunidad, que clama por su vegetación y niega que sea transformada en una zona para estacionamientos o planicie para la venta ambulante o puestos autorizados.