Senadores de la Democracia Cristiana y del Partido Socialista ingresaron ayer un proyecto de reforma constitucional que busca garantizar los mecanismos para la realización de un eventual nuevo proceso constituyente en caso de que gane el Rechazo el próximo 4 de septiembre.

Los firmantes son Ximena Rincón, Matías Walker, Iván Flores (todos DC) y Fidel Espinoza (PS), quienes buscan "remplazar el inciso final del artículo 142" y establecer que si gana la opción Rechazo, "el Presidente de la República, en el plazo de quince días enviará al Congreso Nacional un proyecto de reforma constitucional para definir democráticamente los mecanismos paritarios de continuación del procedimiento para elaborar una nueva Constitución".

Llamó la atención que se sumara el parlamentario del PS, que es parte del actual oficialismo y que durante la presentación apuntó que "si bien ellos (los otros senadores) están por una vereda distinta a la mía, porque son parlamentarios que están por el Rechazo, creo que no hay ninguna incompatibilidad en que yo haya estampado mi firma en ese proyecto".

La senadora Rincón, articuladora de esta iniciativa, señaló que "esperamos que esto se tramite lo más rápido posible porque queremos dar certeza a la ciudadanía. Vamos a tener una nueva Constitución pero va a ser una buena Constitución constituida entre todas y todos".

Dudas en oficialismo

Esta propuesta aparece en el momento en que los partidos oficialistas se enfrentan por la nueva posición del Gobierno de Gabriel Boric de abrirse a establecer acuerdos antes del plebiscito para hacer eventuales modificaciones, lo que había sido rechazado en semanas previas.

El presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, aseveró que "no nos oponemos, pero es largo y la verdad es que estamos empeñados en hacer campaña por el Apruebo".

El diputado Diego Ibáñez (CS) comentó que "vamos a empujar, por cierto, como Frente Amplio, esto de buscar acuerdos de implementación de reforma, pero con el sentido de que una vez que se gane la propuesta del nuevo texto la ciudadanía tenga claro cuáles son las etapas y cómo vamos a delinear ciertos aspectos que han estado sujetos a interpretaciones mañosas".

Catalina Pérez (RD) afirmó que "la gente necesita que el Apruebo entregue certezas, y esas certezas, si las podemos entregar antes del 4 de septiembre, son virtuosas. Esa es una necesidad legitima por parte de la ciudadanía".

Desde el Socialismo Democrático, la presidenta del PPD, Natalia Piergentili, indicó que "nos encontramos con deslindes poco claros y en ese contexto creemos que hay que darle garantías a la ciudadanía antes de votar para que apruebe con mayor convicción".

Su par del PS, Paulina Vodanovic, expresó que "nosotros vamos a trabajar por ello, tomamos el llamado del Presidente con responsabilidad y vamos a hacer los esfuerzos porque haya un acuerdo y un compromiso que dé certezas a la ciudadanía".

Mínimos comunes

Desde el Ejecutivo, el ministro de la Segpres, Giorgio Jackson, sostuvo que "la idea de que nos hayan llegado los documentos de los distintos partidos, bancadas parlamentarias, poder llegar a esos mínimos comunes. Por cierto que el Presidente Gabriel Boric lo que quiere generar y lo que ha dicho es que quiere que exista certeza respecto a cuál es el camino que va a seguir nuestro país el 5 de septiembre, independientemente de cuál de las dos opciones salga ganadora en el plebiscito".

"Ya ha dicho y se ha pronunciado de manera bastante explícita en qué es lo que pretende hacer el Gobierno en el caso de que salga la alternativa del Rechazo", puntualizó.

En cambio, desde la oposición ven estos cambios de posición como el reconocimiento por parte de La Moneda de que es probable que gane el Rechazo.

El exconvencional Cristián Monckeberg (RN) planteó que "a nosotros nos parece sumamente zigzagueante esta postura, un día no quería reforma, hoy día sí quiere reforma. Da cuenta de una desesperación en torno a un plebiscito que lamentablemente desaprovechó la oportunidad de haber construido una Constitución que uniera más que dividiera".

El ministro de Economía, Nicolás Grau, generó una nueva polémica ayer al asegurar que la inflación "trae costos y beneficios" a las pymes.

Entrevistado por radio Duna, el secretario de Estado comentó que en su momento el aporte para pymes ante la entrada en vigencia del salario mínimo de 400 mil pesos se calculó con una "inflación esperada distinta", lo que "significa que en la práctica como Gobierno estamos cubriendo no solo parte real, sino que también una parte de la inflación".

"Eso es importante porque las pymes compran insumos, entonces desde el punto de vista de su compra de insumos la inflación les perjudica, pero también venden productos, y desde esa perspectiva también parte de esos productos los pueden vender (con precios) un poco más altos", dijo.

Sostuvo que a "las pymes, a diferencia de las personas, la inflación les trae costos y beneficios. En cambio, desde el punto de vista de los consumidores, son principalmente costos".

Reacción de gremios

El gremio reaccionó con espanto. El presidente de la Multigremial Nacional, Juan Pablo Swett, afirmó que "la inflación nunca jamás nunca trae beneficios a las mipymes".

"Es un daño enorme a cualquier economía, para una mipyme es mucho más difícil traspasar a precio sus costos", remarcó y agregó: "Por favor más rigurosidad en los mensajes".

Marcos Rivas, líder de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech), planteó que "me parecen lamentables los dichos del ministro: solo demuestra una desconexión con la realidad pyme brutal. Es insólito que un ministro de Economía haga este tipo de aseveraciones".

A su vez, el vicepresidente de la Confederación Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conapyme), Héctor Sandoval, aseguró que "a la ciudadanía chilena, y a las pymes en especial, no nos deja de sorprender escuchar expresiones como esta. A lo menos son desafortunadas".

Ricardo Mewes, presidente de la Cámara Nacional de Comercio, afirmó que "esto tiene un impacto en el bolsillo de las personas. No sé lo que está mirando el ministro".

Al cierre de esta edición, Grau salió a aclarar sus dichos y dijo: "Dada la interpretación que se ha generado a partir de esta frase, es que yo tengo muy claro que las pymes lo han pasado muy mal", y agregó que "más allá de una mala frase, porque estamos de acuerdo que así fue, lo que importa más son los hechos y no solo las palabras, y nosotros en eso hemos tenido un trabajo muy positivo, con las empresas de menor tamaño, con las MyPyme".