Faltaban un poco más de 10 minutos de juego cuando Arturo Vidal entró por primera vez a la cancha como jugador de Flamengo. Ansioso, el volante chileno corrió a toda velocidad para instalarse en la posición que le designó su entrenador para buscar el triunfo que hasta ese momento se le negaba.

Los rojinegros empataban 1-1 de visita con el Avaí de Florianópolis y lo habían sufrido: los locales mostraron mejor juego y se pusieron en ventaja con gol de Largura Chaves recién iniciado el segundo tiempo, pero poco más tarde Pedro consiguió la igualdad.

Entonces llegó el momento del King: se jugaban 78 minutos cuando entró a reforzar el mediocampo. Y a los 83 fue protagonista de la jugada con la que su equipo consiguió el segundo gol del partido, el del triunfo y la alegría para el regreso a Río de Janeiro.

El Avaí atacaba y Vidal corrió con todo lo que tenía para recuperar la pelota, la punteó y cayó en los pies de un compañero, quien la hizo avanzar hasta el volante uruguayo Giorgian De Arrascaeta para que armara la jugada que terminó en el segundo tanto de Pedro, el definitivo.

Abrazos y fiesta

Los jugadores que finiquitaron el tanto reconocieron el esfuerzo del chileno y fueron a abrazarlo para celebrar juntos el gol y luego la victoria que le permitió a Flamengo sumar 30 puntos, escalar hasta el sexto lugar de la tabla y acercarse a los puestos de clasificación para la Copa Libertadores.

Terminado el encuentro, Vidal afirmó al sitio oficial de su club que "fue hermoso y maravilloso entrar con esta camiseta y ganarun partido muy difícil. Estoy contento y ahora hay que seguir preparándose para estar en la mejor forma".

Luego como es su costumbre usó sus redes sociales para publicar fotos de los festejos con el mensaje "¡excelente triunfo, equipo! ¡Vamos por más!".

Mientras, el entrenador Dorival Juniorevaluó positivamente su debut: "Vidal será un jugador importante para el equipo. Tenemos que estar tranquilos y esperar que recupere su mejor forma para jugar. Hubo poco trabajo con el balón, pero aun así el jugador ya se sintió integrado con el plantel. Por eso lo trajimos al partido de hoy (ayer)".

2-1 ganó el equipo carioca al Avaí, lo que le permitió sumar 30 puntos en el Brasileirao y escalar hasta el sexto puesto.

78 minutos marcaba el cronómetro del encuentro cuando entró Vidal; a los 83 inició la jugada del gol del triunfo.

El danés Jonas Vingegaard (Jumbo Visma) fue aclamado en París como nuevo rey del Tour de Francia al término de la vigésimoprimera y última etapa disputada ayer con salida y llegada en la capital francesa con un recorrido de 115,6 kilómetros.

A la fiesta que cerró la edición 109 de la carrera ciclística más importante del mundo, la más rápida de la historia con una media superior a los 42 kilómetros por hora, se sumó el belga Jasper Philipsen (Alpecin Fenix) para llevarse la gloria de ganar en un lugar tan emblemático como los Campos Elíseos de París. Por velocidad, y con autoridad superó al neerlandés Dylan Groenewegn (BikeExchange) y al noruego Alexander Kristoff (Intermarché), dentro de un pelotón que cerró la carrera con un tiempo de 2 horas, 58 minutos y 32 segundos.

En la parte de atrás del pelotón, vestido con el maillot amarillo, rodeado por su equipo y emocionado por su primer Tour, entró Vingegaard formando ya parte de la historia de la "grande boucle" como el segundo danés que gana la prueba después del controvertido Bjarne Riis, quien venció en 1996.

Un triunfo especial para Dinamarca, para los ciclistas daneses, que han logrado 4 triunfos de etapa, y para el propio Vingeggard, un muchacho que para ser profesional se buscó la vida trabajando en una empresa empaquetando pescado de 6 a 12 de la mañana, y que se iba de vacaciones en la casa rodante de su padre, Claus, para subir con 17 años los puertos míticos del Tour.

Su triunfo fue cimentado en las etapas de montaña, donde dejó para el recuerdo sendas exhibiciones en el Granon y Hautacam. Sus ataques lejanos remacharon al esloveno Tadej Pogacar, un rey destronado que terminó segundo y desde ahora clama venganza.

"Ya no puede pasar nada, realmente gané el Tour. Es simplemente increíble", dijo el campeón tras recibir su corona. Y su antecesor advirtió que "ahora mi reto ahora es ganar a Vingegaard".

El galés Geraint Thomas (Ineos), campeón de 2018, completó el podio.

El neerlandés Max Verstappen (Red Bull) asestó un golpe al Mundial de Fórmula Uno al ganar el Gran Premio de Francia, duodécimo del campeonato, que se disputó en el circuito Paul Ricard, donde el monegasco Charles Leclerc (Ferrari), quien arrancó desde la pole position, abandonó al accidentarse en la vuelta 18 de las 53 que componían la prueba.

El campeón mundial logró su séptima victoria del año -la vigesimoséptima de su trayectoria- al ganar en la pista de Le Castellet por delante de los dos Mercedes, el del séptuple campeón mundial inglés Lewis Hamilton, que completó su Gran Premio número 300, el de George Russell.

Fue una jornada negra para Leclerc, quien arrancó como favorito y mientras estuvo en la pista demostró que estaba para ganar la carrera: aguantó los embates de Verstappen, quien desde la largada intentó sobrepasarlo sin tener éxito. Y curiosamente cuando no tuvo detrás a su principal rival, que había entrado a boxes para cambiar neumáticos, el piloto de Ferrari se despistó.

La frustración fue tan grande que la transmisión radial captó varios suspiros profundos del monegasco seguidos de un grito de rabia. "Estoy muy decepcionado porque teníamos ritmo para ganar. Cometí un error y pagué por ello", dijo tras la carrera.

El mexicano Sergio Pérez (Red Bull) acabó cuarto, por delante de los dos españoles: el madrileño Carlos Sainz (Ferrari) -quinto tras largar desde la última fila- y el doble campeón mundial Fernando Alonso (Alpine), sexto.

Con este triunfo Verstappen sumó 233 puntos, 63 de ventaja sobre Leclerc que va segundo y apenas mantiene 7 unidades sobre Pérez.