Sri Lanka: manifestantes se niegan a abandonar palacio presidencial
PROTESTAS. Lo harán el miércoles, si el presidente hace efectiva su renuncia. Mientras, la oposición busca una salida política para formar nuevo Gobierno.
Redacción
Entre las dimisiones anunciadas del presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, y del primer ministro, Ranil Wickremesinghe, además de las de varios ministros tras las masivas protestas del sábado en Colombo por la crisis económica, la oposición busca una solución política a la formación de un nuevo Gobierno. Del lado de los manifestantes, cientos de ellos se niegan a abandonar el palacio presidencial mientras las renuncias no se hagan efectivas.
"Nuestra lucha no ha concluido", dijo a la prensa el líder estudiantil Lahiru Weerasekara. "No abandonaremos hasta que se vaya de verdad", añadió.
Aunque la dimisión de Rajapaksa está prevista para este miércoles, según informó el presidente del Parlamento, Mahinda Yapa Abeywardena, ambos continúan oficialmente a las riendas de la nación isleña y por ahora reina la incertidumbre.
Ayer renunciaron otros tres ministros: el de Promoción de las Inversiones, el de Transportes y el de Agricultura.
Mientras, partidos políticos tanto de la oposición como del Gobierno sostuvieron reuniones para tratar de encontrar una solución a la crisis política.
La comunidad internacional, desde la Unión Europea hasta Estados Unidos, ha insistido en la necesidad de una transición sin violencia para evitar que el país descienda en el caos en plena crisis económica.
Ayer se sumó la vecina India, que ha dado varios préstamos millonarios al país para paliar la falta de combustibles.
La tensión y el descontento aumentaron en la isla a finales de marzo, cuando las autoridades impusieron cortes de luz de más de 13 horas, lo que llevó a la población a salir a las calles para pedir la dimisión del Ejecutivo.
El paradero de Rajapaksa, acusado desde hace meses por los manifestantes de gestionar mal la crisis, es desconocido.
Ayer, en su residencia oficial, multitudes hacían filas para entrar y acostarse en la cama presidencial, bañarse en la piscina, probarse la ropa del mandatario o simplemente echar un vistazo.
Afuera, las calles de Colombo por las que el sábado protestaron decenas de miles, con un saldo de 103 heridos, ayer estaban vacías.