El teletrabajo que llegó para quedarse
El 80 por ciento de los trabajadores en el mundo se vieron obligados a digitalizar sus tareas producto de la pandemia. Durante la pandemia Internet tuvo una prueba de fuego y cumplió, al mantener conectadas a las familias y a los trabajadores con sus empresas.
La crisis provocada por la pandemia de covid-19, que se declaró hace más de dos años, permitió valorar la importancia de Internet en el teletrabajo y el teleestudio, que hasta entonces habían tenido un lento avance en el mundo, pero que con la emergencia permitió a los trabajadores y estudiantes desarrollar sus labores a distancia, sin asistir en forma presencial.
La situación ahora está más normalizada, pero los expertos estiman que en adelante empresas, universidades y diversas instituciones, adoptarán un sistema de trabajo y estudio híbrido, es decir, una mezcla de actividad presencial y a distancia. El trabajo a distancia ha implicado el uso frecuente de métodos de procesamiento electrónico de información y algún medio de telecomunicación para el contacto entre el empleado y la empresa.
La irrupción de Internet en todo el mundo se ha transformado en un punto de inflexión para el ser humano, especialmente en términos de comunicaciones y relaciones con su entorno. Los cambios han sido profundos y vertiginosos. En solo dos décadas, el mundo virtual se ha instalado junto a la vida real y cotidiana. Esas conexiones han significado que el concepto de distancia se haya relativizado, y desde su aparición, el mundo está a un solo click, desde donde el usuario lo esté operando.
El 80% de los trabajadores en el mundo tuvieron que digitalizarse debido a la pandemia, pero no hay que descuidar la robotización que ello produce.
Ya las universidades habían planteado hace algunos años las posibilidades de utilizar las conexiones de Internet para realizar algunas actividades a distancia, pero avanzaron poco hasta que la crisis sanitaria que se inició hace poco más de dos años y la necesidad de que las personas se quedaran en cuarentena en sus casas obligaron a su aplicación acelerada, tal vez sin un plan muy metódico.
Durante la pandemia Internet tuvo una prueba de fuego y cumplió, al mantener conectadas a las familias, a los trabajadores con sus empresas, a los estudiantes con sus colegios y universidades, a los usuarios con los servicios públicos y la banca, y al mundo en general. Y esta conectividad llegó para quedarse.