Verónica Salgado

La llegada de las bajas temperaturas para muchos adultos mayores es el inicio de la temporada más cruda y dura: el invierno. Son meses donde muchos están obligados a prender sus sistemas de calefacción sólo un par de horas para temperar sus hogares, secar la ropa o cocinar, debido al alto costo de la leña seca, la parafina o gas; otros simplemente no la usan porque sus artefactos están en malas condiciones o deben elegir entre adquirir alimentos, medicamentos o calefacción.

Y es que esta realidad se ha hecho más palpable por la sostenida alza de todos los combustibles: un metro de leña seca fluctúa entre $ 50 y $ 60 mil, el litro de parafina está en promedio a $1.372 y el cilindro de gas de 5 kilos supera los $11 mil. A ello hay que sumar las cuentas del sistema eléctrico, se proyecta sufrirán un alza de un 40% en los próximos meses. Esta situación ha sido alertada por los dirigentes de los adultos mayores, quienes aseguran existe un abandono de las autoridades que no han generado programas de apoyo concreto para fortalecer las paupérrimas condiciones económicas que afligen diariamente a cientos de personas de la tercera y cuarta edad en la comuna.

A los altos precios se suman las dificultades al momento de adquirir los insumos calóricos, debido a la falta de redes de apoyo que faciliten el traslado de leña o bidones de parafina, así como la limpieza periódica de los artefactos como estufas, combustiones lentas, cocinas, entre otros. Un fenómeno que se arrastra por años, pero que luego de la eventual "vuelta a la normalidad" de la pandemia se ha incrementado debido a la inflación, alza en el costo de la vida, así como el aislamiento social en que se mantienen muchos adultos mayores.

El frío y sus efectos

"No es sólo el frío que a mi madre le genera dolores, es la impotencia que ella siente al querer comprar un metro de leña y darse cuenta que su pensión no le alcanza. Estamos comprando en saco porque tener una leñera llena para el invierno es parte de una vida que en caso de nosotros perdimos hace 10 años atrás cuando falleció mi padre y quedamos sólo con mi mamá enferma", dijo Marisol Garcés (63 años), quien vive con su madre de 86 años.

Saúl Gallardo (73 años) relató que vive en un par de piezas independientes, las que calefacciona con una estufa a parafina. "No quise instalar una salamandra porque me dan miedo los incendios y además la leña era cada vez más cara, pero ahora la parafina es un lujo que no me puedo dar. Compré, pero la prendo a ratitos así como para que en la noche no esté tan helado. Cuando me da mucho frío me acuesto y me tapo bien, pero esa no es la idea porque no estoy enfermo, soy una persona sana pero pobre, y eso que trabajé siempre en mi juventud", expresó Gallardo.

Efectivamente, según la página web Parafinaenlinea.cl de la Comisión Nacional de Energía, en la comuna hay 14 estaciones de servicios, todas emplazadas en el sector centro y oriente -a excepción de tres que están en Rahue Bajo-, en las cuales el valor promedio del litro de parafina es de $1.355. A igual fecha del año pasado el litro llegaba a 695 pesos; en junio de 2020 el valor era $532; mientras en 2019 bordeaba los $681.

El emplazamiento de los centros de venta de parafina es

"No es calidad de vida estar acostados para evitar el frío en su propia casa y eso es la punta del problema, porque el olvido del Estado y sus autoridades para los adultos mayores está siendo cada vez mayor"

Carlos Mendoza,, presidente del Consejo Consultivo de Salud del Adulto Mayor